Revista Ciclismo

Estira, estira

Por Rafael @merkabici

Llegas a casa completamente derrengado después de un largo día de cicloturismo. Te duele la espalda, las piernas, los brazos y hasta notas que las nalgas no se han adaptado del todo bien a ese nuevo coulotte que te han regalado con la mejor intención del mundo. En otras palabras, que estás deseando darte una buena ducha y tumbarte a ver pasar lo que queda del día sin hacer ni un esfuerzo. ¿Cómo vas a ponerte a estirar ahora? Menudo coñazo, ¿no? Pues, ¡sabes qué….deberías, deberías estirar. Tu cuerpo te lo iba a agradecer.

Estirar los músculos te ayuda a prevenir lesiones, además de suponer una vuelta a la normalidad de tu sistemas muscular y cardiaco de forma paulatina, con lo que podrás gozar de un reposo y un relax mucho mayor cuando efectivamente te tumbes a descansar. Además estirar hace que aumentes progresivamente la flexibilidad de tus músculos, con lo que estos estarán mejor preparados para soportar cargas de trabajo extremas en posiciones como las de la bicicleta que en ocasiones no son las más adecuadas. Por último estirando ayudarás a prevenir la aparición de las tan temidas agujetas…eso sí, si te has pasado (y tú y yo sabemos perfectamente cuando nos pasamos) no esperes que el estiramiento sea algo en forma de panacea. No, no, si no fuiste una persona coherente con tu forma física…te toca sufrir de agujetas, amigo.

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Vale, ya te hemos explicado la importancia del estiramiento, pero ahora tendremos que decirte cómo estirar, ¿no? O más bien, qué músculos estirar. En primer lugar hay que comentar que podremos estirar tranquilamente en casa de forma muy efectiva sin necesidad de contar con material específico como el que hay en los gimnasios. En otras palabras, podemos estirar al fin al de cada entrenamiento sin excusa alguna, así que ponte a ello…

¿Qué músculos estirar? Pues en primer lugar aquellos que notas más fatigados al final del entrenamiento, o en otras palabras los que más han trabajado en el mismo. Empezaremos de abajo a arriba, haciendo estiramientos en los gemelos de forma muy sencilla, apoyados en una pared y estirando bien la pierna. A continuación tendremos que estirar los cuádriceps y el bíceps femoral, de pie y sentados en el suelo respectivamente. Todos estos movimientos tienen que ser progresivos y sin violencia alguna en los mismos. No se trata de conseguir una mayor elasticidad ni de intentar llegar al suelo como en las clases de gimnasia del colegio, sino que tratamos de aprovechar mejor nuestro entrenamiento sin problemas de salud posteriores.

La espalda también deberemos estirarla de forma concienzuda, centrándonos en los diferentes músculos que tiene (lumbares y dorsales sobre todo) y dedicándole una atención individualizada a cada uno de ellos. Seguramente sea la parte que más tiempo nos lleve, puesto que tendremos que ser aun más cuidadosos con ella, pero es absolutamente indispensable de realizar.

Por último ningún buen programa de estiramientos para el ciclista puede concluir sin hacerlos del cuello, una zona que sufre especialmente andando en bici y que en muchas ocasiones tendemos a olvidar. Con mucho cuidado tendremos que estirar el cuello en todas las posiciones posibles, hasta notar que hemos conseguido rebajar la carga sobre el mismo.

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Estos son los estiramientos que podríamos denominar como obligatorios tras cada sesión de entrenamiento, pero evidentemente si contamos con tiempo suficiente lo ideal sería hacer algunos más, como de brazos, abdomen, pecho (el pecho se carga bastante cuando mantenemos durante mucho tiempo la misma postura en la bicicleta) o brazos y antebrazos. En suma, cuanto más podamos estirar mejores resultados vamos a conseguir y de forma más natural veremos evolucionar nuestra forma física.

Así que estira, estira…


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