Dormir poco tiene graves consecuencias sobre la salud, altera las funciones del organismo, y reduce la esperanza de vida, la memoria o el estado físico de las personas.
Los estudios científicos cada vez dan más pruebas de que no dormir puede afectar nuestra vida diaria y nuestra salud.
Dormir mal influye en la concentración, en la atención, y en el estado de ánimo de una persona. Con el tiempo puede desarrollarse ansiedad y depresión. Además repercute también en el rendimiento escolar, laboral y social.
Los trastornos del sueño son un factor de riesgo importante que provocan todo tipo de enfermedades que van desde la obesidad hasta enfermedades cardiovasculares. Si realmente uno duerme mal porque tiene algún problema o trastorno del sueño, puede desarrollar una enfermedad cardiovascular e incrementar el riesgo de un infarto cerebral. También aumenta las posibilidades de sufrir hipertensión.
Además al no tener un sueño reparador, impedimos que nuestro cuerpo descanse bien, nuestro sistema inmunitario se debilita y bajan las defensas.
Pasar tan solo una sola noche sin dormir puede ocasiones el debilitamiento y pérdida del tejido cerebral. Esta se calcula por los niveles de la sangre de dos moléculas cerebrales, que suelen aumentan por un daño cerebral.
El hecho de no descansar lo suficiente y tener un sueño poco reparador influye en nuestra capacidad de concentración. A su vez, este problema puede afectar nuestra capacidad de aprendizaje.
Dormir bien es sinónimo de calidad de vida y más años. Las personas que duermen menos tienen un mayor riesgo de morir a una edad temprana en comparación con quienes duermen bien.
El tener una buena calidad de sueño es vital para mantener un buen estilo de vida.
Chica gris.