Corre por el Patio estos días un vídeo con el título “Esto es Twitter”. Se trata de este
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Entre otros, lo incluyeron en sus blogs Enrique Dans, Eduardo Arcos (que lo califico de “maravilloso”) o ALt1040. Mucha gente hizo RT de su publicación y el vídeo tiene a la hora que estoy escribiendo este post, 52876 visitas. Bueno, está bien, tiene una música pegadiza (es lo lógico, utilizando la música de un anuncio de Coca-Cola), tiene un mensaje simple y directo, y no es muy largo. Personalmente, y es cuestión de gustos, tiene demasiado aire a vídeo en plan neocatólico, por aquello de la guitarra y eso, pero me da que es más por mis fantasmas personales que por otra cosa.
El vídeo, como habrás visto, termina con la frase “Esto es Twitter ¿te vienes?”. Y ahí comienzan los problemas. O al menos, mis problemas. Porque veo que se pretende de nuevo capitalizar como propio algo que es de todos. Bah, esta bien, se nos olvida que, curiosamente, aunque ponemos el número de seguidores de “los que dicen la verdad”, nos olvidamos de poner que a @AlejandroSanz le siguen más de 1.400.00o personas, aunque omitimos ese dato cuando ponemos su imagen. Si fuera cuestión de números, el que tendría razón sería el cantante. Pero… ¿eso es Twitter?
No, Twitter no depende de los números. Depende de las personas que lo componen. Al igual que en las revoluciones que se están realizando en los paises árabes, la revolución no la hace Twitter, o Facebook, o los móviles. Las hacen las personas. Cuando digo que Twitter es un patio de vecinos, lo importante no es el patio, su configuración, tamaño o posición, lo importante son todos y cada uno de los vecinos que pasean por allí. Si dependiese de los números, habría que indicar que también es el sitio donde los futbolistas, cantantes o personajes populares tendrían la razón. Y no es así.
Twitter es tan de Buenafuente como de Jordi Gonzalez, tan de Alejandro Sanz como Juan Gómez Jurado, es tan del PSOE, PP o CiU como de Izquierda Unida o de cada uno que apoya el movimento #nolesvotes. Twitter es de todos. Y esa es su grandeza. Porque la bueno no es que todos pensemos igual. Lo bueno es que pensemos diferente. Y que aprendamos del otro. Eso no significa rendirse o acatar injusticias. Significa primar el diálogo por encima de la pelea, significa escuchar antes de hablar, o rectificar si después de hacerlo nos muestran que estamos equivocados. Significa respeto. En el vídeo se saltan cosas como el número de a quienes siguen “los que dicen la verdad”, o el hecho de que la mayoría de agrupaciones provinciales de los partidos citados también tienen perfil en Twitter ¿Eso es Twitter?
No, Twitter no es de izquierda ni de derechas. A Twitter no le gustan más los Beatles que los Stones, no prefiere a Marilyn antes que a Audrey Hepburn. Somos las personas que estamos dentro las que compartimos y mostramos nuestros gustos sin pretender ser mejores o peores por ello. Ese es mi Patio de Vecinos. Mi Patio de Vecinos no es el Blog de ningún Gurú donde las normas de comentar o los temas a tratar los pone quien escribe. Twitter no es mi blog. Twitter no está ni a favor ni en contra de la ley Sinde. En todo caso, habrá un número determinado de personas que tomarán posición frente a esa ley. Pero, al igual que la calle es de todos, y todos podemos andar, correr o manifestarnos por ella, Twitter no tiene opinión. Es un espacio abierto a todos, un espacio que nos permite mostrarnos y conocer a gente que no podríamos haber conocido de otra manera, tanto en cantidad como en cercanía. Es una maravillosa manera de interconectarse con el pulso de noticias de manera viva y minuto a minuto, de hacer crecer ideas con la aportación de los demás, o simplemente de divertirse una tarde de domingo. Es a la vez cada una de esas cosas y todo en su conjunto.
Asi que, intentar adjudicarse la idea de que el Patio, Facebook, Internet o la Red piensan de una manera determinada, intentar insinuar que los “internautas” o los “tuiteros” dicen una u otra cosa, es negar el carácter que hace única la herramienta que suponen las redes sociales, Es negarle su razón de ser. Es, curiosamente, hacer lo mismo que los políticos que tanto critican cuando en sus discursos dicen… “El pueblo quiere….”
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