Carta de Martin Jäger, portavoz del ministerio de finanzas alemán, a Alexis Tsipras, presidente de Grecia:
Oye tío, ¿pero tú qué te has creído? ¡Aquí eso de acusarnos entre nosotros no se hace! Como vuelvas a hacer algo así lo vas a flipar. ¿A quién se le ocurre? Mira que… Acabas de llegar al grupo y la mayoría ya nos estamos arrepintiendo de no haberte hecho la novatada del alcohol en los huevos. ¡Venga hombre, no me seas agonías y relájate un poco, que aquí hemos venido a disfrutar!
Mira, no eres el primero que para salvar el culo tiene que meterse con algún país, pero lo que hay que hacer en esos casos es meterse con su gente, no contra los tuyos. O sea: métete con un país para decirle que su gente son una pandilla de vagos inadaptados que no quieren trabajar, o unos jetas que prefieren comer antes que pagar sus hipotecas, o que a ver quién se quejaba cuando todo era viva la virgen a costa de las tarjetas de crédito, o una cosa por el estilo. Y sobretodo, Y AQUÍ VIENE LO MÁS IMPORTANTE, PALETO: después de criticar, diles que escuchen a sus gobernantes (¡nosotros, tío, nosotros!) para que les ayuden a tomar las decisiones correctas que solucionarán todos sus problemas. ¿¡Lo pillas, palurdo!? Se trata de hacer que nos escuchen a nosotros. Porque NOSOTROS nos ayudamos, no nos pegamos zancadillas. NOSOTROS nos apoyamos, no nos escupimos.
Joder, colega, cuánto te falta por aprender.
Debió de ser algo así pero mejor dicho, que por algo él es portavoz de un ministerio alemán y yo no.