Es increíble. No puedo creer que vaya a cerrar otra etapa de mi vida. Y sí, las clases en la universidad se han terminado y ya sólo queda por hacer un examen y presentar un trabajo, o bueno, eso espero. Subrayo esto último porque la mala suerte, mala racha, mala pata o como se le quiera llamar también existe y muy mucho. No lo digo por irme de víctima pero lo cierto es que cuando a uno le toca, tiene que apandar con ello y tirar para adelante, pues no queda otra. En estos casos, lo mejor no es machacarse demasiado y comenzar a tirar piedras contra el propio tejado: que si no valgo, que se este es mejor, que porque me suceden a mí estas injusticias, que el esfuerzo no está dando sus frutos etc. etc. etc. Porque al fin y al cabo, a todos nos toca representar el papel de víctima en algún que otro momento de nuestra vida.
Pero pensemos en el futuro más inmediato. Se terminó la Universidad de Vigo y todo lo que a ella le rodea. ¿Positivo?Sin duda, la maravillosa gente que allí he conocido, de la que tanto apoyo y cariño he recibido, de la que me ha enseñado y he aprendido y, claro está, con la que tanto me he reído y divertido. ¿Negativo? Sobre todo, me quedo con los profesores incompetentes y frikis (y mejor no especifico más).
A lo que iba, el futuro inmediato.Veinte años de vida estudiando...¿para qué? Esta es la pregunta que, me apuesto un riñón, absolutamente todo estudiante se plantea en algún momento de su vida, sobre todo, cuando pone fin a su etapa universitaria. Y todos tenemos esa maldita sensación de que nos queda mucho muchísimo por aprender. ¿No es esto una paradoja?¿Acaso no pensábamos que tras cursar estudios universitarios estaríamos perfectamente preparados para cumplir cualquiera de nuestros sueños?No sé vosotros, pero yo desde luego sí lo pensaba. Cuando estaba en el colegio pensaba que los universitarios eran una especia de seres superiores inteligentes que amaban estudiar y lo que estudiaban y que tendrían el trabajo que siempre habían ansiado. Y digo: ja, ja, ja. Creo que no tengo mucho que explicar si menciono términos como "crisis", "falta de prácticas", "fuga de cerebros" y "mileurista".
En fin, que no quiero ser pesimista, más que nada porque no me conviene en absoluto. Porque soy joven y me quedan por cumplir muchos proyectos y sueños. Porque ser positiva es la mejor opción para afrontar los nuevos retos y desafíos. Y, por encima de todo, porque cada uno de esos universitarios es único y indispensable en algún rincón de este planeta. ¿No dicen que somos la generación mejor preparada?Así que, ¡ánimo a todos esos licendiados/graduados que finalizan su carrera en el 2012!