Ya casi es Navidad. Frío, chimenea, poner el árbol y luces encendidas desde las 6 de la tarde. Sin duda, un aumento económico en el gasto energético. ¿Y cómo podemos ahorrar luz esta Navidad?
En esta Navidad te voy a dar algunos trucos para que cuando pasen las fiestas no te des el susto cuando te llegue la factura de la luz. Así que toma nota, porque allá van.
Pásate a las luces LED
Utiliza las luces LED tanto para el árbol de Navidad, como para el resto de la decoración o las bombillas de casa.
Y es que estas luces consumen cerca de un 80% menos y su vida útil puede ser entre 8 y 12 veces mayor que las halógenas e incandescentes.
Comprueba la potencia que tienes contratada
La potencia eléctrica indica el número de aparatos eléctricos que pueden estar conectados a la vez sin que salten los plomos. La potencia consumida es la potencia real que consume cada hogar.
Mucha gente tiene contratada mucha más potencia de la que realmente consume pagando mucho más de lo que necesita, y pagando más en la factura de la luz.
Aprovecha esta época para hacer una revisión y llamar a tu comercializadora para que te informe de todo.
Cuando no estés en casa, desenchufa
Si vas a estar fuera de casa acuérdate de apagar todas las luces, incluidas las del árbol de Navidad; y quita el enchufe.
Así que, si te vas a dormir o no vas a estar en casa, desenchufa. Este pequeño gesto también te ayuda a ahorrar en la factura de luz.
Utiliza la calefacción de forma responsable
Esto quiere decir a la temperatura justa y durante el tiempo necesario. La temperatura ideal está entre los 18º y 21º.
Si aumentas la temperatura y el tiempo de encendido, tu factura de la luz aumentará.
Aprovecha la luz natural
Aprovecha la luz natural durante el día en todas las habitaciones para iluminarlas y calentarlas.
Optimiza el uso de los electrodomésticos
Durante estos días de festejos donde las comidas y cenas son las protagonistas, la cocina se convierte en una de las estancias donde más tips podemos aplicar para aprender cómo ahorrar en casa.
Si vas a cocinar en el horno , optimiza el uso de las bandejas al máximo para preparar más de un plato y utiliza el calor residual del mismo horno.
Lo mismo ocurre con la vitrocerámica, si la apagas antes de terminar la cocción puedes aprovechar el calor residual para que terminen de cocinarse.
También puedes dar un uso óptimo al frigorífico si no introduces en él platos calientes directamente. Esto supone un incremento de la temperatura interna del frigorífico, así como un aumento de su consumo para conseguir el frío adecuado para conservar los alimentos.