Si cada vez que te sientes estresado o ansioso devoras toda la comida que se te pone enfrente ¡tómalo con calma!, tu cuerpo (y tu bolsillo) de lo agradecerá.
Como bien dice el famoso refrán “ni tanto que queme al sano, ni tanto que no lo alumbre”. Todo en exceso es malo, y a la hora de comer , pues mucho peor, ya que comer demasiado es muy peligroso para tu salud, sobre todo si te das tremendos atracones cada vez que te encuentras bajo presión o ansiedad y esto sucede habitualmente.
Frena esas tremendas ganas de comer con estos útiles consejos:
Cuida lo que comes. No siempre somos conscientes de lo que nos llevamos a la boca, sobre todo en los momentos de estrés o ansiedad. Por eso, antes de darle una mordida a ese chocolate, evalúa si de verdad tienes hambre o sólo es ansiedad. Si tu respuesta fue la segunda opción, tomar un vaso de agua te ayudará a calmar tus ganas de comer.
Comer Snacks entre momentos. Aunque hayas escuchado este consejo infinidad de veces, te lo repetimos una vez más, ¡en verdad funcionan! El objetivo es planees cinco comidas al día: tres comidas normales y 2 snacks para esos momentos de estrés. Puede ser un pedazo pequeño de chocolate, dos tazas de palomitas de maíz o un tazón pequeño de zanahoria rayada con limón.
Elimina las emociones incómodas. Por lo general, las grandes ansias de comer ocurren cuando tenemos un gran problema emocional que no podemos resolver. Identifica cuanto antes qué sentimientos te hacen comer de más y sustitúyelos por actividades que bloqueen esas emociones: caminar, leer, escribir, hablar con un amigo, etc.