Recuerdo momentos de mi infancia donde sentía que mis padres estaban siendo injustos conmigo y juraba con toda mi fuerza que jamás le haría algo así a mis propios hijos. ¡Qué equivocada estaba!
Vamos transitando la vida y nuestra percepción del mundo se modifica. Lo que está bien, lo que está mal, lo que se puede hacer y lo que no, los derechos propios y los del otro, lo que es justo y lo que no. Vamos madurando, entiendo, tomando conciencia de cómo funciona el mundo, de aquello que es importante ver y de lo que podemos dejar pasar.
Para llegar a esto, antes tenemos que haber vivido cada uno de nuestros días, nos tuvimos que golpear contra la pared y al mismo tiempo ser contenidos por nuestra red de seres queridos, aquellos que nos decían que no y también nos abrazaban fuerte en un equilibrio constante, el mismo que nos permitió crecer y convertirnos en las personas que somos.
Una vez que entiendes que tus padres fueron personas haciendo su mejor esfuerzo, ahí mismo empiezas a estar a prueba con tus propios hijos. Más allá de que todo lo que hago nace del más puro amor, creo que habrá cosas que me reclamarán y seguro existen momentos en que mis hijos juran que jamás serán tan injustos como yo.
Confieso que al igual que mi madre:
- Repito frases que juré no decir: “no, porque no”, “porque lo digo yo” y “porque soy tu madre”.
- Minimizo sus problemas: “¡pero eso no es nada! Lo importante es tener un plato de comida”.
- Los comparo con otros: “mira a tu amiguito qué bien se porta y cómo come de bien”.
- Pongo los mismos límites: no se pueden decir malas palabras, insultar ni gritar.
- Repito rutinas: tenemos horarios para cenar, dormir, bañarse .. ahora que lo escribo parece mucho, ¿no?
- Intento que mi casa sea la de todos: adoro hacer las reuniones familiares y de amigos en casa.
- Creo en el matrimonio: en el verdadero, de todos los días, que se construye en base al compañerismo, el amor y la paciencia.
- Reconozco el esfuerzo al trabajo: hoy entiendo los esfuerzos y sacrificios que hicieron por nosotros. Son los mismos que hago por mis chicos.
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