Si antes digo que no esperaba que me viniera la regla, pues aquí está, me vino el día 4. Después de un año sin ella, se me había olvidado lo molesta que es, menudo rollo!.
Y no sé si el tema hormonal influirá, seguro que sí, pero me encuentro desde ayer bastante más cansada y triste. Supongo que son un conjunto de cosas.
Por un lado, lo de la regla. Por otro lado, que la semana que viene tengo que ir ya a mi empresa a dar la cara, después de 8 meses sin aparecer por allí. Y encima voy a decirles que me sumen todos mis días de vacaciones y lactancia porque a continuación quiero 7 meses de excedencia. Es un momento desagradable porque aunque en ningún momento se preocuparon por mi mientras estuve de baja, siempre te queda la cosa de que piensen mal de ti. Ojalá hubiera tenido yo un buen embarazo, hubiera sido la más interesada!.
El tiempo tampoco acompaña. Me encanta el invierno, pero llevo encerrada en casa con el niño desde hace cuánto...cinco semanas? Con este frio, el viento, la lluvia, ¿dónde voy con el niño?. Lo poco que hemos salido ha sido a un centro comercial y cada vez los aguanto menos.
El tema de los centros comerciales me lleva a otro tema que me tiene un poco baja de moral. Estoy sin ropa. No entiendo cómo es posible que estuviera tan delgada en el embarazo y ahora no consigo soltar los pocos kilos que cogí. No me cierra ningún pantalón y muchos de los jerseys o camisas que tenía me quedan justos. No es un problema sólo de cintura, es que estoy más ancha de todo. Hoy me he comprado dos sujetadores en las rebajas y he confirmado que he cambiado de talla, pero sólo de perímetro, no de copa.
El tema de la ropa es delicado porque yo soy muy exigente. Por un lado, paso olímpicamente de las modas porque no siempre lo que está de moda sienta bien, sobre todo cuando mides menos de 1.60 y tienes pantobillos. Así que para mi los pitillos y leggins, quedan descartados. Lo cual reduce drásticamente las posibilidades de encontrar algo que me guste. Y, además, no quiero gastarme mucho dinero porque con una excedencia a las puertas...como que no es plan.
Así que estoy plof, porque aunque no me procupe en absoluto ir a la moda, sí que me gusta, como a todo el mundo, verme bien. Y llevando todos los días el mismo pantalón no me siento muy atractiva que digamos.
La cicatriz de la cesárea sigue ahí, igual de roja. Se ve ya menos hundida, pero es evidente que la cicatriz va a estar ahí muuuucho tiempo. No reparo mucho en ella, pero odio como se me ha quedado la tripa. Amorfa y blandita. No muy abultada, pero es que yo la tenía "pa'dentro".
En fin, que estoy algo baja de ánimo. Si mejorara un poco el tiempo creo que me sentiría algo mejor, pero de momento va a haber que esperar.