Revista Espiritualidad
Que ya lo dijo Marco Aurelio hace más tiempo del que puedo recordar:
De las cosas que tienes, escoge las mejores y después medita cuán afanosamente las hubieras buscado si no las tuvieras.
Total y en conclusión: ¿De verdad que no tengo un tesoro repleto de joyas preciosas? ¿Cómo es posible que me pase el tiempo lamentándome de lo ausente y me alegre tan poco por lo presente?