La capital de Alsacia acoge esta semana la grabación de Sherlock Holmes II. Guy Ritchie y su equipo han transformado la zona del centro histórico y han convertido a la ciudad en lo que era hace 120 años.
Cuando Guillermo II ascendió al trono del imperio Alemán en 1888, nadie creía que la figura del nuevo monarca podría ser tan decisiva en el devenir de la historia universal. Un año después de convertirse en Kaiser de Alemania y rey de Prusia, destituyó a una de las figuras políticas más importantes del siglo XIX, el canciller Otto von Bismarck. Era el principio de un tormentoso reinado, el primer paso de la pérdida de la hegemonía mundial alemana. En 1891, Guillermo II viajó hasta Estrasburgo para conmemorar el vigésimo aniversario de la anexión de las regiones de Alsacia y Lorena al imperio alemán. Fue entonces cuándo ocurrió lo que gran parte del vasto imperio esperaba: un intento de atentado dirigido al que iba a ser el último emperador alemán. Hoy, prácticamente 120 años después de aquel incidente, las calles de Estrasburgo vuelven a sentirse igual que entonces. Con el imponente marco de la catedral, la capital de Alsacia ha recuperado el aspecto de antaño y ha retrocedido en el tiempo, recordando su época de región conflictiva de futuro incierto. Y todo, por exigencias del guión.
Con este gancho histórico arrancará la segunda parte de la película “Sherlock Holmes” de Guy Ritchie, que estos días se graba en Estrasburgo. “Una ciudad que es un decorado en sí misma” tal y como ha subrayado el director. Durante estos días, los personajes creados por Arthur Conan Doyle, exploran las calles de una ciudad que ha cambiado el nombre de sus calles, por placas escritas en alemán y que ha envejecido por siglos el aspecto de sus comercios, indemnización mediante. La panadería sigue siendo la panadería, la tienda de souvenirs ahora vende porcelana y la cervecería ha cambiado sus grifos de “Fischer” por ramos de flores. Junto a todo esto, un gigantesco cartel escrito en letras góticas preside la fachada de la catedral. En él se alcanza a leer “XX Aniversario de la anexión”, en un perfecto alemán.
Pero el resto sigue igual. Y es que Estrasburgo presenta el aspecto añejo de la historia. Sus casas, sus puentes y sus calles no necesitan cambio alguno. Son ellas las que reflejan que el tiempo, en algunos lugares, va a otra velocidad, a un paso más lento, como disfrutando del pasado mientras esperas el futuro.
Lo que habrá que esperar es a los primeros meses de 2012 para el estreno de la película. Por el momento, tres días de rodaje, un millón de euros y una escena de dos minutos, será el resultado del paso de Sherlock Holmes por Estrasburgo. Una ciudad que disfrutara Robert Downey Jr. pero no Jude Law ya que no participa en esta escena. Una metrópoli que en pocos días volverá a ser francesa pero que hoy, por exigencias del guión, es alemana.