Cuando planificamos y desarrollamos una estrategia de email la mayoría pensamos en nuestro objetivo final, que no es otro que evitar al máximo no formar parte de esos correos que la gente tira a la papelera sin siquiera abrirlos. Algo así como los panfletos que dejan en el buzón de publicidad a la puerta de tu bloque. La idea más romántica a la hora de enviar un email, es que la gente nos estará esperando como agua de mayo y para ellos nuestros correos son un regalo divino…., ufff…, eso es complicado. Para llegar a ese nivel “supremo” no hay demasiados caminos, simplemente es que ese cliente obtenga alguna “retribución” a nivel de contenidos o promocionales, no hay mucho más.
Voy a intentar deducir una serie de conceptos alrededor de la propia campaña , y que marcan la diferencia entre un email en la papelera y un email abierto:
- Correos obtenidos de forma natural. No podemos forzar a la gente a que nos den el correo y a que reciban nuestras promociones. En todo lo que nos han impuesto a lo largo de nuestra vidas, siempre nos ha salido esa vena de “niño puñetero”. Facilitarle al máximo dejar de recibir nuestros correos y facilitar al máximo que lo reciban…, todo muy sencillo, pero sin forzar.
- Define listas específicas. Lo más inteligente que podemos hacer a la hora de enviar emails, es lanzar emails segmentados con bases de datos pensadas con los campos oportunos. Campos geográficos, por gustos, por edad…, todos los campos que tengamos nos pueden venir bien en un momento dado para lanzar una campaña lo más dirigida posible.
- Enfoque de contenidos. (Calidad, tiempos) El término contenido es muy ambiguo y muy amplio, un contenido es de valor cuando la persona que lo recibe lo percibe como algo valiosos. Lo que para unos es valioso para otros les puede parecer absurdo o simplemente no entenderlo. Aquí partiría de unas líneas de contenidos en relación con la lista que vayamos a “atacar”.
- Determina el momento exacto del ciclo de vida. No solo es importante lo que enviamos, sino en el momento que lo hacemos. En hotelería podemos aprovechar los diferentes momentos (antes, durante y después) de esta forma podemos condicionar nuestro contenido y poder enviarle información interesante en cada momento.
- Analiza los resultados anteriores. (Asunto, Geográfico, Interacción,Resultados) Es el cuento de siempre, pero una vez hayamos lanzado varias campañas a un determinado público (y si nuestra herramienta nos lo permite) podemos sacar una lectura que nos servirá para acciones futuras.
Seguramente te pueden parecer evidentes estos conceptos, pero una vez estés metido en faena los solemos pasar por alto y lanzamos email “vende-vende” todo el tiempo. Pongámonos en el lugar del cliente y enviémonos el email.¿Realmente te apetece abrirlo?. Bueno, y una vez abierto ¿Te ha servido de algo?. Si pasa este pequeño test de sentido común puede que nuestro email funcione, o puede que no, pero para eso estamos constantemente en ensayos de prueba-error.
Ahora ponte en marcha y lanza emails que a tí, desde tu parte de cliente te apetecería recibir y que te aportan algo. De otra forma estaremos enviando emails monísimos a papeleras segmentadas.
¿Cueces o enriqueces?
Fuente de la imagen: basepaisajismo.blogspot.com