Estrategias de suplantación.
El genio de una portuguesa
En el carnaval de 1974 se compró un traje de general del ejército en el barrio lisboeta del Rossio, al que añadió unas insignias de latón, y adoptó la identidad de Tito Aníbal da Paixão Gomes (el nombre procedía de un hermano muerto siendo un bebé, antes de que ella naciera). Esa misma noche conocería a Joaquina Costa, enfermera, con quien viviría, al parecer simulando ser un matrimonio normal, durante quince años, si bien durmiendo en habitaciones separadas.
Su modo de ganarse la vida era pedir prestado dinero para luego, según afirmaba, invertirlo en el extranjero y devolverlo con intereses. Para ello utilizaba su falsa identidad y sus maneras educadas y cultas.
En 1993 fue descubierta y juzgada por un tribunal de Lisboa, que la condenó a una pena de tres años de prisión por estafa y usurpación de identidad, pena que nunca llegó a cumplir. El juicio, al que la acusada acudió vestida de hombre, tuvo una extensa repercusión mediática en la sociedad portuguesa de los años 90. Durante el proceso su compañera Joaquina Costa, quien se alegró de la condena, declaró que no supo del verdadero sexo de Teresinha hasta el final de sus quince años de convivencia, e incluso los abogados del proceso siguieron llamándole por su nombre ficticio, así como los testigos, que se referían a ella como "señor general" y "hombre bueno".
Fuente: COMO DESCUBRIR LA MENTIRA Y AL MENTIROSO, Leonardo Ferrari