Tenía la mirada apagada y la sonrisa fundida. Su mundo interior estaba a oscuras, no había luz ni siquiera la luna era capaz de brillar al caer la noche y las estrellas habían decidido hacer huelga hasta nueva orden.
Pese a todo ello, ella hacía lo imposible por seguir brillando, por encenderse e iluminar no solo su propio mundo sino también el de todos los que la rodeaban. Sacaba fuerzas de donde ni siquiera le quedaban y día tras día seguía avanzando.
Demostró que nada era imposible si luchabas por aquello que querías y le enseñó al mundo que las estrellas también brillaban aún habiendo niebla.
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