Os muestro el bol que estamos usando para echarle las papillas de frutas, es el de tamaño pequeño de una vajilla de Beabá que le han regalado a la pequeñaja.
La cuchara es lo mejor, creo que lo había comentado en un post anterior, es de esas que miden la temperatura, al principio la compré por el tamaño, era la más chiquitina que encontré, pero el caso es que ahora estoy encantandísima con ella, vereis, a veces le hago compota de manzana al vapor (para no alterar las vitaminas de la fruta en cuestión, y también porque hace que la fruta sea más digestiva y dulce) y el caso es que lo que para mi está bien (me encanta comer las cosas extremadamente calientes por lo que se ve!) pues para la nena no lo está, y la cuchara me lo indica rápidamente con un cambio de color, la zona rosa de la cucharita pasa a ser blanca... y es que a veces llegas a casa con el tiempo justo y a todo meter te pones a hacer la papilla y de pronto la nena se pone a llorar como una loca (el hambre aprieta ya se sabe!), te pones nerviosa.. y en fin, que en más de una ocasión la cucharita en cuestión ha librado a mi nena de salir con la lengua escalfada.. je je..