El embarazo… esa etapa que trae emociones y sentimientos nuevos. Son 40 semanas de suspenso, drama, acción, terror y comedía.
A tan sólo un par de semanas desarrollas poderes olfativos ultra sensoriales como un x-men , sientes sueño y letargia como La Bella Durmiente, estás bien y de repente te conviertes en Mr Hyde y ni hablar de una sed digna de Robinson Crusoe.
Cambios son muchos, pero de los más incómodos: el estreñimiento y yo llevo una semana con la vena del cuello brotada como Sayayin.
Es fácil escribir tips sobre el estreñimiento mientras tienes un tránsito intestinal feliz, pero estando embarazada de 5 semanas ese cuentito de que es porque el útero crece y oprime los intestinos aún no aplica para mí. Para que tengas una idea, ahorita es más grande una lenteja que el feto.

Remedios caseros hay varios y uno a uno los hice…
Intento # 1: cené 15 ciruelas pasas con la esperanza de que en la mañana sucediera el milagro… pero no!
Intento # 2: Mi novio me sugirió beber un vaso de agua tibia en ayunas porque según él, es un remedio súper eficaz… ¡pero tampoco!
Intento #3: Desayuné sólo con fruta y hasta ahora ni siquiera un pedo.
Intento #4: Salí y caminé, troté, hice cuclillas, masajeé en círculos la panza, pero … no movió nada.
Intento #5: Por almuerzo bebí jugo de piña con linaza sin filtrar… pero nada!
Leyendo acerca de cómo se desarrolla el embarazo semana a semana encontré por qué pasa, y es que la hormona Progesterona es la responsable de esa apretada situación, pero como efecto secundario de su función: relajar los músculos del cuerpo, esto incluido la cobertura de los intestinos, que al estar relax no trabajan como debería ser.