Estreno del aeropuerto de Castellón

Finalmente. Después de dos años sin que ninguna máquina rodara por sus pistas. Después de un gasto de 150 millones de euros, más ocho de arreglo de pistas, más 17 millones por año de mantenimiento (incluyendo el sueldo del imputadísimo Carlos Fabra, presidente de la empresa Aerocas, que gestiona este aeropuerto fantasma), unos 200 millones, se ha podido utilizar.

Y que conste que no ha sido por la gente como dijo su mentor. Muchos visitantes han tenido la ocasión de pisar una pista milagrosa, una pista hecha para las personas en palabras del presidente del partido popular de Castellón, Carlos Fabra. Por cierto, todavía se me saltan las lágrimas si recuerdo cuando a su nieto le llevo a esa instalación y le dijo: “Te gusta el aeropuerto del abuelo” –por si quedaban dudas del afán patrimonial del personaje-, emotivo y elocuente.

Ahora, finalmente han sido unas ruedas las que se han deslizado por las pistas del aeródromo. Unas ruedas de dos coches de Formula 3. Unos corredores que están practicando en las pistas. Desde la Generalitat (conselleria de turismo) y desde la Diputación de Castellón no saben nada. Naturalmente, los coches están entrenando con el permiso de el Padrino Fabra, que como mandan los cánones, sin cargo público pero con su red mafiosa, está por encima de Alberto Fabra (que traga) y del nuevo presidente de la diputación provincial, Javier Moliner.

Una maravilla, ya tenemos uso. Un escalestrix en vivo. Los aviones no vendrán porque las compañías dicen que es inútil estando el aeropuerto de Manises a menos de 100 km, pero hemos descubierto en este aeropuerto multiusos, que pueden pasear las personas –la ilusión que debe hacer caminar sobre unas pistas vírgenes— y que puede ser una especie e circuito para coches de carreras.

Total para 200 millones que se llevan gastados y 17 millones de gastos al año, es un uso ideal. Lástima que mientras se sigan recortando servicios en sanidad y en educación porque dicen que no hay dinero. Por cierto, que según el interfecto le daban 200 millones por el aeropuerto y resulta que Alberto Fabra lo ha desmentido y habla de menos de la mitad. Otra mentira más del imputadísimo.

En fin, una prueba más de que Carlos Fabra, a pesar de su retirada oficial activa de la política, manda más que cualquiera, en su tierra. Atada y bien atada su red, ni el propio Rajoy se atreve a decir ni mu al Padrino. Ese buen hombre con ocho imputaciones, otras prescritas, con cinco cambio de jueces que le están eternizando las causas donde está imputado, este tipejo “sortudo” al que le ha tocado la lotería en ocho ocasiones y que se permite llamar hijoputa a la oposición, hace y deshace sin que nadie le ponga coto.

Una alhaja. No hay quien le pare. Por cierto, ahora parece que manda igual o más que cuando era presidente de la diputación. Le pasa lo mismo que a Espe Aguirre, que ha pasado de presidenta de la CAM, a mandar desde la sombra no sólo en la CAM, sino también en el ayuntamiento, además de querer moverle la silla a Rajoy.

Y es que hay ex que son la leche.

Salud y República