El director estadounidense Paul Greegrass en un lance del rodaje.
“En los últimos diez años hemos visto muchas películas, y muy buenas, sobre temas de seguridad nacional y terrorismo, pero yo quería que esta película tratara el conflicto más amplio que se da en nuestro mundo entre los que tienen riqueza y los que no” nos explica Greengrass. “La confrontación entre Phillips, quien forma parte del flujo de la economía global, y los piratas, que no, me resultó novedosa y de alguna manera, avanza lo que será nuestro futuro. El enfrentamiento entre Phillips y Muse es un emocionante asedio en alta mar pero nos habla de fuerzas mayores que operan en el mundo actualmente.” Prosigue Greengrass, “siempre he sentido que una historia debe contarse con emoción y fuerza, pero también debe hacerte pensar.”Como documentalista que ha sido, Greengrass siempre se ha sentido atraído por historias que profundizan en eventos contemporáneos, desde Bloody Sunday, que trata sobre una masacre por parte del ejército británico en Irlanda del Norte, hasta United 93, sobre el vuelo secuestrado durante el 11-S en el que los pasajeros impidieron que los secuestradores se salieran con la suya, pasando por Green Zone: distrito protegido, sobre la guerra de Irak. Pero Greengrasss también es conocido por ser el innovador realizador de thrillers de refrescante realismo tales como El ultimátum de Bourne y El mito de Bourne.Estas dos virtudes: el instinto investigador de Greengrass y su dominio del formato thriller, se dan la mano en Capitán Phillips. En su planteamiento para la película Greengrass tuvo muy claro que no contaría la misma historia triunfal del rescate de los rehenes que apareció en todos los titulares de prensa. “Cuando se sumó Paul al proyecto quedó claro que él asumía el compromiso de representar los sucesos en torno al secuestro del Alabama de una forma más matizada que la que hicieron los medios de comunicación” explica Michael De Luca, quien produjo la película con Scott Rudin y Dana Brunetti, y, junto a Brunetti prestó su asistencia a Columbia Pictures a la hora de adquirir los derechos de la historia de Phillips. “Paul se pronunció desde el principio, exigiendo la mayor autenticidad posible para contar la historia” añade. Según explica el director: “Quiero veracidad. Quiero representar la realidad e inmediatez del suceso tal y como ocurrió. Y eso significa documentarnos exhaustivamente en la fase de pre-producción. Siempre he sentido que tienes que ganarte el derecho a la atención del espectador y nunca debes darlo por hecho.”Greengrass quiso que la película reflejara una imagen completa del mundo de donde provienen los piratas. “El libro de Phillips se escribió desde su punto de vista, naturalmente; desde el primer momento Paul quiso contar algo que fuera más allá de esa visión,” recuerda el guionista Billy Ray. El coproductor Michael Bronner, el colaborador de toda la vida de Greengrass, se documentó en profundidad sobre la historia de la piratería somalí y los imperativos económicos que lo conducen. Identificó la merma de la pesca en aguas somalíes debida a la sobrexplotación industrial como uno de los factores que contribuyó al crecimiento de la economía de la piratería en costas somalíes, que anteriormente se había apoyado en un comercio pesquero que gozaba de buena salud. Explica Bronner: “Somalia, diezmada por una guerra civil desde el colapso de una dictadura militar en 1991, sufrió en aquel mismo momento, el influjo de pesca ilegal tras la entrada en vigor de normativas más estrictas de la UE que condujeron a las flotas pesqueras a aguas nuevas e ilegales. La piratería somalí comenzó básicamente como reacción a la sobrepesca extranjera. Los que en su momento fueron pescadores comenzaron a secuestrar barcos y exigir un rescate como fuente de ingresos. Cuando se descubrió que era una actividad rentable, los caudillos se interesaron en el tema, bajo el poder de los cuales, la piratería evolucionó hasta convertirse en una organizada empresa transnacional. La piratería somalí es crimen organizado cuya estructura es realmente mundial, financiada no sólo desde África, sino también desde Europa y Norte América. Los chicos que mandan a atacar a los buques de carga - Muse y su tropa - son sólo el final de una larga y compleja cadena de jugadores que controlan este lucrativo ‘negocio’. Los jefes de los conglomerados piratas son capaces de vivir rica y ostentosamente en un país en el que la pobreza es tan extrema que hombres jóvenes desprovistos de otras posibilidades están dispuestos literalmente a arriesgarlo todo para intentar acceder a esa clase de vida.”
Bronner complementó su investigación sobre la piratería somalí documentándose acerca de la industria internacional del transporte marítimo. Llevó a cabo muchas entrevistas con ejecutivos de Maersk y miembros de la tripulación que estuvieron a bordo del Alabama cuando se desató la crisis para comprender el estilo de vida de los marinos, y el marco legal y económico internacional que rige sobre los buques cargueros. El Maersk Alabama estaba desarmado cuando fue atacado por piratas (todos los barcos mercantes lo estaban en aquel entonces, en cumplimiento de normativas internacionales). Los oficiales navales le confirmaron a Bronner que incluso en los días y semanas previas al secuestro del Alabama habían discutido formas de mitigar los riesgos sobre los buques de Maersk que navegaban en aguas peligrosas. Al final, el ataque perpetrado sobre el Alabama precipitó cambios en la industria, ya que Maersk y otras líneas empezaron a abordar vigilantes armados (muchos antiguos agentes de los Navy SEAL) en sus buques para las rutas más peligrosas.Fuentes:Pressbook e imágenes cortesía de ©Sony Pictures Releasing de España S.A.http://www.image.net/ ©Getty Imageshttp://www.elseptimoarte.net/peliculas/maersk-alabama-5771.htmlhttp://collider.com/captain-phillips-movie-images/