El próximo viernes 4 de abril se estrena en las carteleras españolas la esperada nueva visión sobre el Génesis bíblico de la mano del cineasta Darren Aronofsky con "Noé" ("Noah" en su título original en inglés); que viene protagonizado por el ganador de un premio Oscar Russell Crowe (por Gladiator, de Ridley Scott) que encarnará a Noé, que fue el hombre encargado de construir el Arca gigantesca para salvar a la humanidad del diluvio universal.Huelga decir que la historia completa nunca antes se había llevado a la gran pantalla en una vívida epopeya, invitando al público a vivir esos espectaculares acontecimientos a través de la mirada y las emociones de Noé y su familia en su periplo por el miedo y la fe, la destrucción y el triunfo, la calamidad y la esperanza. Toda la historia de Noé y el Arca que se le encomienda fabricar antes de que la Tierra sea anegada ocupa solamente unas pocas páginas en el Libro del Génesis. Pero esos pocos párrafos han causado un impacto profundo y duradero en miles de millones de personas de todo el mundo, evocando tanto lo más profundo de la maldad como lo más elevado de la fe, y manteniendo la esperanza en la redención tras la catástrofe.
No obstante, desde el principio de la historia del cine, la mayoría de las descripciones cinematográficas de esta historia fundamental han sido parodias, comedias o películas de animación, como reflejo de una cultura popular en la que el Arca es vista principalmente en las tiendas de juguetes. La historia fue llevada al cine por primera vez en 1928 en la película dirigida por Michael Curtiz titulada "El arca de Noé", que mezclaba una breve recreación de la inundación bíblica al estilo de Hollywood con un drama de la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, ha habido cortos de Disney, dibujos animados y diversas variaciones sobre la faceta cómica, pero por extraño que parezca, nunca antes se había intentado plasmar la historia de Noé como una aventura visual a gran escala que diera vida a las páginas de la Biblia, ni tampoco había abordado directamente ningún cineasta sus temas centrales de lo que significa el ser humano. "Hay versiones en clave de comedia, hay versiones en animación, e incluso hubo una versión para Broadway con Danny Kaye que era un musical", dice el director y co-guionista de “Noé”, Darren Aronofsky. "Históricamente, su enfoque ha estado siempre orientado hacia el folklore, el humor y las historias para niños. Pero si uno se fija en el lugar que ocupa la historia en el Génesis, hay mucho más que animales entrando por parejas. Se trata de la historia de diez generaciones de hombres malvados que alcanza su clímax cuando llega un momento en que Dios decide que quiere rehacerlo todo. Para mí, se trata de la primera historia sobre el fin del mundo".
Darren Aronofsky en el set de rodaje.
También el hecho de que finalmente iba a poder ser narrada de una forma visceral mediante las técnicas cinematográficas del siglo XXI, respetando a la vez la fuerza indeleble del texto bíblico. Dice: "No quería seguir ciñéndome a los clichés preconcebidos de la cultura popular que ya tenemos… quería que este Noé pareciese fresco, inmediato y real". La fascinación de Aronofsky por Noé comenzó cuando tenía 13 años, al escribir un poema sobre Noé para la escuela. Fue después, al comenzar su carrera cinematográfica, cuando empezó imaginar la manera de dar vida a esta colosal historia antigua en la moderna pantalla cinematográfica. Sabía que iba a ser el mayor reto de su carrera, un largometraje tremendamente ambicioso que requeriría tanto pasión como meticulosidad en los detalles. Al mismo tiempo, se sentía profundamente atraído por el aspecto personal de la épica historia, la de la familia de Noé, queriendo investigar sus miedos y esperanzas, sus conflictos y su búsqueda de respuestas en medio de todos aquellos extraordinarios acontecimientos. "Al ser la historia del primer Apocalipsis, me resultaba enormemente interesante imaginar como podría sobrevivir a eso una familia", comenta el director. Eso se convirtió en el punto de partida de un proceso de escritura que iba a meter a Aronofsky y al co-guionista y productor ejecutivo Ari Handel de cabeza en lo desconocido. Puesto que el texto del Génesis es breve, no contiene prácticamente ningún diálogo y ofrece pocas pistas acerca de los sentimientos de Noé respecto de la inminente inundación, consultaron una ingente cantidad de fuentes religiosas, históricas y eruditas para entender mejor la época de Noé y la relevancia de sus acciones. No se propusieron atenerse literalmente a los escritos, centrándose por el contrario en dramatizar lo que ellos consideraban como los temas esenciales de la historia de Noé e investigando las cuestiones que planteaba la narración bíblica. Aronofsky ha sido siempre un director atraído por las historias de más largo alcance y los formatos narrativos más atrevidos. Desde la odisea matemática de su primera película, "Pi", hasta la agridulce búsqueda de la reconciliación de "El luchador", pasando por el intenso thriller sobre el mundo del ballet de "Cisne negro", se ha hecho famoso tanto por su innovador enfoque visual como por su disposición para profundizar en unos temas tan fértiles como la mortalidad, el amor y el significado de lo sagrado.



