Revista Cine
Brave (Indomable) (Brave, 2012)
Gracias a títulos recientes como Wall·E (2008), Up (2009) o Toy Story 3 (2010), la compañía Pixar se ha consolidado como la gran referencia en el cine de animación por ordenador, considerándose sus películas como obras maestras no sólo dentro del ámbito del animado sino del cine en general. Su nueva apuesta se llama Brave, y cuenta con la novedad (nada desdeñable) de contar por primera vez con una chica como protagonista principal. Se trata de la princesa Merida, una joven rebelde que quiere escapar de su destino (casarse con uno de los hijos de los grandes señores para mantener el equilibrio del reino) y forjarse su propia vida en contra de la opinión de su familia (especialmente de su madre), aunque ello desencadene multitud de problemas para ella y el resto de sus compatriotas. Mark Andrews y Brenda Chapman dirigen esta película destinada a los más pequeños pero que indudablemente disfrutarán también los mayores.
La era del rock (Rock of Ages, 2012)
Que los años 80 vuelvan a estar de moda no sé si me produce alegría o terror. Su música y su estética son ideales para petarlo en las fiestas temáticas, pero volver a adoptarlas como algo "serio" quizá sea algo excesivo y prescindible. Sea como fuere, en EE.UU. ha tenido un éxito enorme el musical de Rock of Ages, espoleado por la fidelidad de toda una generación que se crió musicalmente con los vídeos de la MTV (cuando en la MTV aún se ponía música). Este éxito ha facilitado el trasvase del musical al cine, donde el rock y el heavy tienen dividida a una comunidad que se debate entre la diversión y el desfase o el conservadurismo más rancio que considera esa música como algo satánico. Lo más destacable del film es la presencia de Catherine Zeta-Jones como la recatada líder de las anti-rock y sobretodo la actuación de un Tom Cruise desatado y convertido en estrella del glam. Dirige la función Adam Shankman, todo un especialista en comedias de medio pelo y responsable de otra adaptación de un musical como fue Hairspray (2007).
Silencio de hielo (Das letzte Schweigen, 2010)
En plena ola de éxito de la novela criminal y policíaca de origen nórdico (y que tiene a la trilogía Millenium de Stieg Larsson como punta de lanza), la película alemana Silencio de hielo es la adaptación de la novela del mismo título escrita por Jan Costin Wagner, y cuya traslación al cine se ha encargado de dirigir el debutante Baran bo Odar. La cinta repite el esquema de este tipo de novelas, que reproducen un ambiente aparentemente tranquilo e idílico, donde nunca pasa nada, pero en el que la plácida vida burguesa esconde la brutalidad del ser humano. En este caso, el hallazgo de una bicicleta abandonada trae a la memoria un crimen cometido 23 años atrás y que se quedó sin resolver. El policía encargado de aquella investigación, ya retirado, se encarga de investigar la supuesta conexión entre ambos casos, mientras los familiares de las dos niñas desaparecidas reabren sus heridas.
Ted (2012)
Con Family Guy (1999-) primero y American Dad! (2005-) y The Cleveland Show (2009-) después, Seth McFarlane dio una vuelta de tuerca más al humor cáustico e irreverente que parecía haber alcanzado su tope con Los Simpsons (1989-). Con el humor de McFarlane pasa que o lo adoras o te parece repugnante, es decir, lo que sucede con los mejores cómicos de la historia. En esta ocasión, McFarlane se ha atrevido a dirigir su primer largometraje, que combina acción real (protagonizada por Mark Wahlberg y Mila Kunis) con un ¿entrañable? oso de peluche creado por CGI que es sin duda la estrella de la función. Ted es ese amigo imaginario que el personaje de Wahlberg crea cuando es pequeño pero del que es capaz de desembarazarse cuando crece y tiene que sentar la cabeza. Ah, y no tengo nada en contra de Santi Millán, pero recomendaría encarecidamente ver esta película (si se puede) en versión original. Más que nada para entrenar y poder evitar a Andrés Iniesta (¡Kalise para todos!) en la inminente Piratas. Avisados quedáis.