En un artículo anterior hablábamos de cómo el estrés nos afecta hormonalmente, vamos a profundizar un poco más:
Estudios científicos a favor y en contra
La investigación ha demostrado que las mujeres sometidas a tratamiento por infertilidad tienen un nivel de estrés similar, y con frecuencia más alto, al de las mujeres que se enfrentan a enfermedades graves como el cáncer o enfermedades del corazón. Los efectos de este estrés en la calidad de vida de la pareja tienden a ser sustancialmente mayores en las mujeres que en los hombres (Guerra y cols, 1988).
Lemmens y cols. (2004) y Alper y cols. (2002) realizaron estudios concluyentes acerca de la necesidad de que las parejas sometidas a técnicas de reproducción asistida tengan soporte psicológico antes, durante y después del tratamiento. Esto se debe a la ansiedad y la sensación de pérdida de control, que se traduce en síntomas psicosomáticos en ambos miembros de la pareja.
Moreno y cols. (2007) realizó una investigación sobre la infertilidad en la mujer. Constató que siguiendo un programa de apoyo psicológico se produce una notable reducción del estrés en la mujer. Recalca la necesidad de las parejas en procesos de reproducción asistida de contar con soporte psicológico y aumenta el número de embarazos viables en estos tratamientos.
Aunque la relación entre niveles de ansiedad y la probabilidad de éxito de los tratamientos no es concluyente, muchos autores hallaron una relación estadísticamente significativa entre el papel de la intervención psicológica y el número de concepciones (Alice Doman et al. (1990, 1992), Annette L. Stanton & Christine Dunkel-Schetter (1991), Jane Read (1995) o Sandra & Leiblum (1997) entre otros).
El trabajo, dirigido por investigadores del Texas A&M Health Science Center (EEUU) demuestra que el estrés preconcepcional, medido a través de un biomarcador,el cortisol y la alfaamilasa en la saliva de las mujeres, reduce en un 29% las posibilidades de concebir en un año.
Ampliando y corroborando un estudio anterior realizado en Reino Unido que demostró una asociación entre los altos niveles de estrés y una reducción de la probabilidad de embarazo, este trabajo, realizado por Courtney Denning-Johnson Lynch, directora de Epidemiología Reproductiva en el Center Médico Wexner de la Universidad del Estado de Ohio, en Estados Unidos, y sus colegas añade una nueva visión que sugiere que el estrés se asocia con un mayor riesgo de infertilidad.
El estudio mas famoso a este respecto a la infertilidad masculina y el estrés, fue el realizado en Alemania a presos condenados a muerte (y obviamente bajo un estrés extremo) a los que se les practicaron biopsias testiculares. Dicho estudio reveló la detención espermatogenético completa en todos los casos.
Sabemos con seguridad, sin embargo que el estrés es la causa principal de abandono de los tratamientos de fertilidad.
¿cómo superar la ansiedad y el estrés en la búsqueda del embarazo?
Los especialistas recomiendan aceptar el problema y mantener una actitud positiva.
Si asistimos a un centro de Reproducción Asistida, podremos disponer de un soporte psicológico que nos va a facilitar ayuda personalizada. Nos ayudaran tanto a gestionar tanto el estrés derivado de las dificultades para concebir como el estrés producido por el desarrollo de los tratamientos.
Además, considera que antes de llegar a ese paso, también hay que cambiar a un estilo de vida saludable, en el que se diga adiós a tóxicos alimentarios, medioambientales, haciendo una limpieza y depuración del organismo con fitoterapia y/u homeopatía, si necesitas ayuda en este tema, te puedo asesorar. Dormir por lo menos 8 horas al día, hacer deporte regularmente, ingerir una dieta sana y equilibrada exenta de productos con hormonas, relajarse mediante técnicas que nos gusten.
La ‘Guía de evaluación, consejo, apoyo e intervención psicológica en Reproducción Asistida’, elaborada por el Grupo de Interés en Psicología de la Sociedad Española de Fertilidad, aconseja las siguientes pautas:
No dejarse influenciar por la presión social y evitar que pueda afectar a la relación de pareja.
Mantener la comunicación en la pareja y no guardarse las emociones. Es la única forma de resolver los problemas de forma conjunta.
Buscar juntos información sobre los posibles tratamientos y elegir de manera conjunta la opción más adecuada para cada caso.
No aislarse del entorno social ni obsesionarse. Las actividades lúdicas y de ocio en grupo ayudan a elevar el ánimo de la pareja. No “sólo” hablar de este tema con los amigos.