Estrés laboral: consecuencias, síntomas y soluciones

Debería empezar por intentar definir el término estrés, que ha sido entendido (desde la primera vez que se utilizó en psicología en 1956) como reacción o respuesta, como estímulo o incluso como resultado de la interacción entre recursos individuales y características del estímulo. En verdad es un concepto que ha resultado difícil de explicar, aunque hoy en día está aceptado como proceso por el cual el individuo debe responder a algunas demandas, que afrontará según sus propios recursos; de esta forma entendemos que no todas las personas reaccionan igual ante determinadas variables.

En el mundo laboral, podemos pensar que los trabajadores sufrirán estrés si no tienen capacidad para responder a las exigencias planteadas; si se sufre intensamente, puede dar lugar a problemas físicos y psicológicos. También acarrea consecuencias negativas para la empresa, como veremos más abajo. Es importante saber distinguir los síntomas, tanto como descubrir las mejores soluciones individuales y colectivas, también analizará este post las consecuencias. Pero antes de proseguir, me gustaría apuntar un dato clave a la hora de entender que debemos prestar atención al estrés sufrido en el trabajo: resulta que muchas personas no son conscientes de estar sufriéndolo, puesto que somos capaces de adaptarnos a signos que con el tiempo serán dañinos para nosotros. Esto se debe a que tenemos mayor capacidad de reacción cuando los cambios son bruscos, y en cambio, tratándose de otros que se producen más lentamente, no los percibimos como amenaza.

Es una idea aceptada que de todas las causas de estrés, las principales son una carga excesiva de trabajo (o mucha responsabilidad inherente al puesto desempeñado), no saber gestionar o controlar las tareas propias y un entorno laboral difícil (incluyendo las relaciones personales)

Según la Organización Internacional del trabajo, el estrés laboral es en sí mismo una ‘enfermedad’ peligrosa para las economías industrializadas y los países en vías de desarrollo, porque no sólo afecta la salud de los trabajadores, sino que también ínterfiere en la producción. Según una encuesta a nivel europeo (EU OSHA), la mitad de los trabajadores cree que el estrés laboral es común en su lugar de trabajo. Del total de participantes encuestados, cuatro de cada diez, creen que no se aborda correctamente este problema.

Consecuencias del estrés laboral

Las consecuencias se pueden dividir en dos grandes apartados: para el trabajador y para la organización; a su vez, el trabajador puede sufrir efectos físicos y psicológicos. Se acepta que el estrés nos hace más vulnerables a infecciones, fatiga crónica, enfermedades cardíacas, depresión, e incluso alteraciones cognitivas. Esto ha sido detallado por diversos autores, ente ellos que estacamos a Leza en 2005, y Blackmore (y otros) en 2007.

Consecuencias para el trabajador

Tastornos físicos: gastrointestinales, cardiovasculares, respiratorios, endocrinos, dermatológicos, musculares. Además de cefaleas, dolor crónico, dolencias inmunológicas como herpes o gripe, y también artritis reumatoide.

Trastornos psicológicos: la persona afectada por estrés laboral puede llegar a bloquear su propia toma de decisiones, y se siente confusa o con dificultades para concentrarse. En un estadio temprano se pueden apreciar desorientación, olvidos, mal humor; pero si el estrés se asienta en nuestras vidas, es posible que se transforme en fobias, trastornos del sueño, afectivos o de la alimentación, etc.

Además de lo que he mencionado, hay personas que muestran signos como temblores o inestabilidad emocional

Consecuencias para la empresa

Mayor índice de enfermedades (y más tasa de accidentabilidad), que pueden asociarse al llamado ‘presentismo’ (estar de presencia física pero sin rendir); también más absentismo. Deterioro de relaciones entre compañeros, que afectaría al rendimiento y la productividad; más solicitudes de cambios de puestos, agresividad.

El estrés también suele afectar a la creatividad, disminuyéndola, y al bienestar dentro de la organización.

Síntomas del estrés laboral

Es muy importante saber detectarlos, como forma de prevenir que el estrés llegue a interferir seriamente en la vida de las personas afectadas. Los síntomas (o signos más perceptibles) se notan mucho antes que las consecuencias a medio y largo plazo, y si el problema se aborda a tiempo, es más difícil que se convierta en crónico.

Estrés laboral, sus síntomas:

• A nivel físico: dolores musculares en la zona dorsal y cervical, hipertensión, úlceras de estómago, cansancio, …
• A nivel psicológico: ansiedad, dificultad para concentrarse, irritabilidad, alteraciones del sueño, …
• A nivel de la organización: impuntualidad, errores frecuentes, altas tasas de rotación del personal, indisciplina, mobbing, disminución de la productividad, accidentes,…

Aprovecho para aclarar que la ansiedad y el estrés no son lo mismo, aunque suponen ambos una reacción emocional con impacto en el aspecto más físico de la persona. Para concretar, podemos ver la ansiedad como una respuesta de alerta ante una alarma, dentro de un proceso al que llamamos estrés, y que nos ayuda a adaptarnos al medio.

Soluciones al estrés laboral

Como cabría esperar, un problema multifactorial, debe tener también soluciones diversas y adaptables, que se centrarán en las personas afectadas, y también incidirán en la organización

Actúa frente al estrés, pero antes piensa que entendiéndolo como respuesta natural, no conviene negarlo por completo, sino más bien saberlo gestionar y evitar que se convierta en una constante que perjudique nuestras vidas.

• Identifica las situaciones que te provocan estrés. Necesitarás centrarte en ellas durante unos días para concretarlas, y si las anotas te será más fácil.
• Una vez dado el paso, debes pensar en reacciones alternativas. Por ejemplo, si tu mente responde mal a ese compañero de trabajo que se relaciona contigo gritando, aprende a no responder a la provocación, a pedirle que modere su tono, a realizar respiraciones controladas, a no estar junto a él si no es necesario, a exigir normas internas que pongan freno a un mal comportamiento de los empleados.
• Si te resulta difícil controlarte, puedes buscar ayuda en técnicas específicas como la meditación, o disciplinas como el yoga; en general los deportes mejoran el estado emocional de las personas.
• Recupera tu capacidad de pensar creativamente, es difícil hacerlo bajo presión, por eso puede ser de ayuda que te inscribas en alguna actividad que te ayuda a devolverla a tu vida: fotografía, talleres artísticos.
• El trabajo es una cosa, tu vida personal otra. Es muy importante saber desconectar cuando sales de la oficina, y ello implica limitar los pensamientos que te lleven al escritorio, también es necesario no dedicar mucho tiempo a hablar con tu familia sobre el trabajo, a no ser que sea imprescindible. Presta atención a las personas que te rodean y conviven contigo, no hables del trabajo en comidas o cenas, tampoco si te reunes con tus compañeros.
• Que no te de vergüenza solicitar los servicios de un psicólogo si crees que lo necesitas; no es diferente pedir ayuda para sanar la mente que acudir al reumatólogo cuando te duele la espalda.
• Recupera el contacto con la Naturaleza.

Intervención en la empresa

Es tan importante como ofrecer soluciones particulares, entre otras cosas porque permitirá prevenir problemas futuros. Según la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, algunas de las recomendaciones son:

• Evitar factores de riesgo psicosocial.
• Controlar cómo afectan las condiciones de trabajo en las relaciones personales, y salud individual.
• Informar, formar, en definitiva, hacer visible el problema.
• Plantear la prevención de riesgos como parte de los servicios de salud laboral.

Otras ideas útiles pueden ser: aumentar la participación de los trabajadores en las decisiones, mejorar condiciones ambientales, introducir variables que estimulen la creatividad, organizar grupos de trabajo, procurar que los horarios de trabajo no entren en conflicto con la vida personal. La empresa debe ser capaz de adecuar las exigencias a las capacidades, y ofrecer estabilidad.

Ya lo sabéis: el estrés o burn out es una enfermedad individual y colectiva, que puede llegar a alterar la percepción de la persona, si no se sabe detectar. Es decir, al no identificar las manifestaciones del mismo como causa, se dificulta el proceso de recuperación, mientras el afectado sufre diversas consecuencias.

Combatirlo no es fácil, pero debemos emprender el camino para conseguirlo, e implicarnos todos porque se trata de una responsabilidad compartida.

Imágenes | philhearing, keirstenmarie, andreasivarsson, banspy; en Flickr.