Revista Espiritualidad

Estrés y gestión emocional

Por Programadestres

Estrés y gestión emocional van de la mano.

Y por desgracia algunas emociones básicas que tienen relación con la generación de estrés están erróneamente catalogadas como " Negativas".

Me estoy refiriendo a:

Miedo.

Ira.

Tristeza.

Aquí creo conveniente aclarar que las emociones son eventos adaptativos para nosotros y por supuesto el que no sean agradables no las convierten en negativas.

Negativo sería no sentir " Miedo" por ejemplo.

¿Cuál sería la consecuencia de este no sentir?

Pues seguramente nos habríamos extinguido como especie hace millones de años.

Partiendo de éste pre-juicio es muy frecuente tengamos pocas habilidades en su gestión y que no nos permitamos ni siquiera admitir que las estamos sintiendo.

¿Si no puedo admitir que estoy sintiendo una emoción , cómo podré gestionarla adecuadamente?

Por otro lado, el que no admita que estoy sintiendo una emoción que no me resulta agradable, o que no está socialmente o profesionalmente bien vista, no evita que la esté sintiendo pero sí evita que pueda como digo encausar sus efectos adecuadamente.

¿Y qué relación hay entre el estrés y estas emociones?

Pues que éstas emociones se producen desde la evaluación que realizamos de forma automática de los eventos de nuestra vida.

Hablando de la " Sorpresa" por ejemplo que en muchas ocasiones es un disparador del estrés a pesar de que en psicología se la define como una emoción neutra..

Ya antes de valorarla como agradable o desagradable, buena o mala, mi cerebro se coloca en guardia como primer impulso "por lo que pueda pasar".

Nuestro cerebro está más preparado y atento para ver las amenazas, ya que se trata de un mecanismo de supervivencia.

Así que cualquier evento que se produce de forma inesperada, puede entrañar riesgos y bajo la previsión de esos riesgos mi cerebro los va a evaluar como potencialmente peligrosos hasta que se determine lo contrario.

Cuando ésto sucede todo nuestro organismo empieza a activar los recursos de lucha, resistencia o evitación propios del estrés.

Después si no hace falta ya lidiaremos con ellos.

Lo mismo sucede con el " Miedo", al ser una respuesta adaptativa ante un peligro inminente "Real o Imaginado", se ponen en funcionamiento esos mismos mecanismos fisiológicos para que yo pueda tener recursos suficientes para hacer frente a la amenaza.

Estrés y gestión emocional

¿Cuáles son las repercusiones de estas emociones a nivel físico?

El primer efecto perceptible es la tensión que se genera a nivel corporal y cuando esta tensión se mantiene acaba desembocando en tensión muscular crónica en primer lugar para después desembocar en otras patologías.

Otro aspecto a tener en cuenta es que como comentamos antes, al tildar a estas emociones de negativas el propio pre-juicio tiene una gran influencia en nuestro devenir en nuestras actitudes y desempeño a nivel personal y profesional.

"Tener miedo es de cobardes" es una frase que todos hemos oído en infinidad de ocasiones y que aunque no queramos reconocer tiene un arraigo muy profundo.

Tanto que al sentirlo mi actitud será adoptar una postura defensiva y esta misma actitud va a desarrollar a su vez una interpretación sesgada de lo que estoy viviendo (escuchando, viendo, leyendo, haciendo etc.) y como consecuencia de ello mi comportamiento también se verá influenciado.

Creamos así un círculo vicioso que se retroalimenta constantemente generando en muchas ocasiones y personas el "Miedo al Miedo".

Bien, hasta aquí el análisis y ahora me gustaría comentarte algunas alternativas de gestión y/o toma de consciencia para salir de este círculo.

Primero:

Toda esta maraña de emociones, sensaciones, y sentimientos tiene como dijimos una repercusión a nivel físico.

Nuestro cuerpo es la caja de resonancia de las emociones.

Nuestro cuerpo no tiene los filtros y sesgos analíticos que he comentado antes, por ello al trabajar en la escucha activa de las sensaciones cuando trabajamos con el movimiento o la quietud corporal descubrimos que es un buen instrumento para generar la primera toma de contacto con las emociones ya sean o no deseadas.

Segundo:

Cuando permanecemos en quietud en una postura de yoga por ejemplo, van a aparecer multitud de sensaciones a las que normalmente no escuchamos porque estamos escasos de tiempo y hemos ido perdiendo esta habilidad a base de no escucharla.

Y cuando aparecen estas sensaciones que pueden ser molestas o poco deseables la cuestión es observarlas, darles permiso para aflorar y darnos la oportunidad de aflojar la tensión que estamos sintiendo.

Cuando logro observar mi cuerpo con una tensión innecesaria en un entorno seguro, voy poco a poco adquiriendo 2 habilidades fundamentales para la vida cotidiana que son:

  • Hacerme consciente de cómo y cuándo mi cuerpo se está tensionando como efecto de las emociones (miedo, sorpresa, ira) a lo largo del día.
  • Adquirir la capacidad de desprenderme de dicha tensión innecesaria dándome permiso para sentir lo que está sucediendo sin querer evitarlo o negarlo.

Este trabajo que podemos realizar con las emociones a través de la práctica requiere como no ¡Tiempo! pero sobre todo el deseo de hacerlo.

La práctica poco a poco te va permitiendo acercarte a todo lo que sucede a nivel emocional y físico de una forma diferente.

¿Quieres redescubrir esta capacidad que todos tenemos?

Te invito a practicar mindfulness o cualquier otra técnica que te facilite esta labor.

Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.

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