Decenas de miles de estudiantes chilenos que demandan reformas educativas se manifestaron el martes en Santiago y redoblaron la presión sobre el Gobierno del presidente Sebastián Piñera, golpeado por un desplome en sus niveles de aprobación en los últimos meses.
La marcha, que según sus organizadores contó con la asistencia de 100.000 personas, se desarrolló en forma mayormente pacífica por las calles de la capital, con carteles y frases exigiendo al Gobierno la gratuidad de la educación pública, en un conflicto que se extiende por unos tres meses.
Las manifestaciones acabaron con al menos 273 detenidos y 16 civiles y 23 policías lesionados, según informó el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien agregó que los actos de "violencia se focalizaron en la capital.