Revista Opinión

Estudiar Arquitectura (II)

Publicado el 29 mayo 2019 por Carlosgu82

La arquitectura es una forma de vivir. Vemos, oímos, tocamos, hablamos muchas cosas en un sólo día. La arquitectura en tu vida le da un aire a esas cosas que se transforman. Realmente es una cuestión difícil de explicar porque nos rodean mil factores diferentes y no tienes porqué relacionarlas todas con sólo una cosa, como pasa en este caso. Pero cuando ya estás dentro de esta forma de vida, te ocurre sin darte cuenta.

¿Cómo entras en este lío? 

Nada más sentir curiosidad por la arquitectura o ejerciéndola (sin necesidad de ser de manera profesional, simplemente académica o personal) te entrará un dolor de cabeza importante porque en un primer momento quieres pero no puedes. Sientes esa frustración de no entender el porqué de algo o cómo hacer tal cosa. El perfeccionismo ayuda mucho a hacer un trabajo decente, aunque sea estudiar la historia de la arquitectura, ya que necesitas esa curiosidad y voluntad de mejorar en tus conocimientos. Esto ocurre porque este campo está enlazado con todos los campos: literatura, arte, historia, economía, política, informática, etc. Necesitas saber mucho para entender como funciona. Necesitas estar al día con los avances, con los programas informáticos que te permiten hacer lo que quieras, con el funcionamiento del mundo. Claro está que un arquitecto no lo sabe todo, pero sobre lo que hace en ese momento se informa y averigua todo lo que puede. Y tú (o yo) como académico o apasionado tenemos la misma curiosidad que un arquitecto sobre el tema que le ocupa. Entonces te entra esa fiebre de saber más y más.

¿Cómo controlar todos los campos?

Mantén los ojos abiertos. Observa mientras paseas, mientras vas camino a cualquier lugar, fotografía, interésate por todo lo que no puedes comprender con la vista, lee mucho cualquier cosa (tema importante), curiosea lo que está pasando en tu presente, aventúrate en campos nuevos, etc. La cuestión es adquirir los máximos conocimientos y querer adquirirlos. El mundo está lleno de información. Esta cuestión es un peligro porque nos saturamos con facilidad, pero a su vez puedes interesarte y conocer cualquier cosa.

Leer y más leer

El tema de la lectura es muy importante, aunque no tenga nada que ver con la arquitectura. Adquieres información inesperada sin sentimiento de saturación. Entras en un mundo que no es el tuyo y hasta puede que te sientas identificado y aprendas cosas de ti mismo. Conocerte también es una tarea difícil, pero te ayuda a progresar. Si lo piensas bien, leer también tiene que ver con todo, como la arquitectura. Leer un edificio: te paras delante de una gran biblioteca, ves una fachada de ladrillo y unos grandes ventanales y te preguntas como se aguantará. O lees un bloque de viviendas y a su vez lees las diversas vidas que lo habitan por los balcones y las diversas formas de organizarlo. Leer a una persona: miras a esa persona y ves que tiene los ojos hinchados de tanto llorar y una sonrisa forzada. O ves a alguien feliz y te preguntarás que le habrá ocurrido hoy. Y así un largo etcétera. Observar es leer, leer es observar.

La literatura también te puede marcar de muchas maneras. Por ejemplo, en mi caso, haber leído Los pilares de la tierra de Ken Follet en cuarto de la ESO me hizo sentir una pasión por la arquitectura asombrosa. Nunca antes me interesó, puede que sólo mientras pintase. Lo que quiero decir es que leer te alimenta, te ayuda a observar con otros puntos de vista.

La arquitectura como forma de arte

El arte y su complejidad. La arquitectura siempre está presente. Piensas al ver una pintura simbólica o abstracta: ¿qué tendrá que ver? Pues todo, las formas, el espacio, la idea que quiere trasmitir. La arquitectura, en mi opinión, es el catalizador de todo. No significa solamente edificios, significa el espacio que ocupas, la civilización, el progreso, nuevas maneras de ver, de sentir, de pisar. Todo se relaciona con la arquitectura.


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