Una vez que empiezas a trabajar tendrán paciencia con tu forma de escribir... te corrigen, te ayudan o símplemente te cambian de cabo a rabo el texto. Te perdonarán las faltas de ortografía (no deberían) que se te escapen... sin querer, claro. De golpes y caídas terminarás defendiéndote en la calle... pero ahí también hay tiempo para aprender. Los primeros directos, invadido por los nervios, no te preocupes, lo entenderán. Pero la voz es una lección que hay que llevar aprendida...
Ni la radio ni la televisión tienen tiempo para enseñar a locutar a un periodista y será difícil que te contraten sin saber hacerlo. Si hay algo que tengo claro es que el tiempo que dediqué a aprender doblaje y locución (y aquí me tengo que acordar de Emilia Domínguez) valió más que muchas asignaturas que estudié y me ha abierto más puertas que los libros de Mauro Wolf o las teorías de Lazarsfeld...
Yo no tuve una sola asignatura en la carrera sobre locución y sin embargo me aprendí de memoria la historia de la radio. Sé que hoy en día en algunas facultades sí hay clases de locución y me alegra saberlo porque ahí es donde se debería aprender, no solo en las prácticas. No se puede formar albañiles con carreras de arquitectura... Está bien, está genial... pero también hay que ponerles cemento en las manos, ladrillos a la espalda y enseñarles a cavar.... y a los periodistas también ¿Estudias periodismo? No pierdas tiempo, ponte a locutar...