Un lugar de trabajo personal en el que la inspiración fluya y todo puede venir a la cabeza, en el que trabajar horas sin darse cuenta...
Es lo que debió desear la fotógrafa Bianca Rijkenbarg al decorar su nuevo estudio, situado en el ático de su casa.
Características principales: luz, espacio y sencillez, todo en tonos blancos y azules con toques de madera para aportar confort.
Al mirar las fotografías siento un incontrolable impulso de copiarlo todo, desde el sofá de palés y las polaroid de la pared, hasta el taburete medio desvencijado
Fotografías de Hanke Arkenbout, vía Peek Inside.
Hacía tiempo que había visto este estudio y se me había quedado en la memoria...
Hoy me acordé de él y me di cuenta de que al final no llegué a compartirlo, así que más vale trade que nunca, ¿no?