“La música es una ley moral. Dota de alma al universo, de alas a la mente, permite a la imaginación volar, da encanto a la tristeza y vida a todas las cosas. Es la esencia del orden y conduce a todo lo que es bueno, justo y hermoso.”La primera intervención fue de Petra Gebauer, quien nos contó la historia de cómo había sido todo el proceso para poder realizar el estudio, y los detalles de cómo se realizó este estudio.En 2008, Petra llevó a su hijo, que había sido prematuro, a realizar la terapia Tomatis al centro Atlantis en Sint Truiden. Quedó tan satisfecha con la experiencia que ella se formó como terapeuta Tomatis e invitó a Jozef Vervoort, el director del centro, a dar conferencias en la universidad, Europa Universität Viadrina, a padres, educadores y médicos.Petra nos contó todo el proceso desde cuando una comitiva alemana, a raiz de las conferencias de Jozef en la universidad, visitó el centro de Sint Truiden y quedaron todos tan entusiasmados que para el 2010 crearon una Fundación para la implementación e investigación de esta terapia en centros educativos. Se implantó en una guardería y comenzó un largo proceso para obtener permisos de las autoridades educativas para realizarla en colegios.El estudio ha sido una colaboración principalmente del Instituto Transcultural Health (IntraG) de la universidad, de la organización sin ánimo de lucro Klaugfalter e.V., de guarderías y escuelas, y por supuesto han contado con la ayuda y asesoramiento de Mozart-Brain-Lab.Cuando comenzaron a planificar el estudio piloto, tenían que encontrar un sistema, un método, que permitiera evaluar el test de escucha más objetivamente. El objetivo era ayudar en el aprendizaje y a una mayor integración social.Se evaluaba la mejora en los procesos de percepción e integración auditiva, teniendo en cuenta que una percepción auditiva “defectuosa” no está relacionada con problemas de oído en la mayoría de las veces, y que es un proceso neurológico que interfiere en la integración sensorial, el aprendizaje, el lenguaje, la comunicación, y por ende en la integración social.Gracias a la ayuda de Lothar Grahl, Master en Educación de Personas con Dificultades Auditivas, y su metodología para testar desórdenes en el procesamiento auditivo central, y al Prof. Walach que ayudó en la infraestructura del estudio, análisis de datos y su presentación científica; el estudio piloto está a la espera de ser publicado en unos meses en una revista científica. Como en este momento la revista tiene el copyright no se pueden presentar los resultados hasta que la revista publique el estudio.El estudio se realizó durante dos años, hubo un grupo de 180 niños que recibió la terapia Tomatis y un grupo de control que quedó reducido a 58 niños, y a todos se les evaluó al principio y al final del curso escolar mediante el Test de Escucha y una batería de nueve tests que testaba el procesamiento autidivo central.Se alentaba a que participaran todos los niños de las clases elegidas para el estudio, independientemente de las características del niño.
Los niños del último año de preescolar escuchaban durante una hora cuatro días a la semana, y los de primero de primaria tres días a la semana.Se diseñó un programa especial de escucha Tomatis para esos dos años, y todos los niños recibieron el mismo programa, con pequeñas modificaciones según casos especiales.Los parámetros que se evaluaban en el estudio fueron cuatro, que eran más fácilmente objetivables: Selectividad, Lateralización, Espacialización y Alerta.La Selectividad es la capacidad de discriminar sonidos de diferentes frecuencias. Comienza a abrirse a los cinco años y debe estar totalmente abierta para los 8 años.La lateralización ofrece información de cómo procesa la información el cerebro. Muestra si el procesamiento del sonido es más analítico o más emocional y esto repercute en la velocidad del procesamiento y por tanto en el lenguaje y la comunicación.La Espacialización es la localización del sonido en el espacio, ¿viene el sonido por la derecha o por la izquierda, por arriba o por abajo? La mayoría de los niños antes de los 4 años tienen dificultades en esta discriminación.La Alerta es un indicativo de una buena escucha y se puede ver en ciertas frecuencias. Una buena escucha indica una buena alerta y motivación, y una escucha deficiente problemas de concentración, atención y motivación.Petra afirmaba en sus conclusiones lo siguiente:
Aquellos de ustedes con formación en APF han experimentado el fenómeno donde niños muy inquietos de pronto son capaces de estar en silencio y concentrados. Este fenómeno apareció en el estudio. Los educadores comentaban lo bien que los niños habían aceptado las sesiones de escucha y la atmósfera tan especial que se disfrutó durante todo el tiempo que duró el estudio. Aquí hay algunas fotos que la han capturado. No hace falta que os diga lo agradable y no invasivo de estas sesiones de escucha en comparación con medicación como el Ritalin. O lo beneficioso que sería si este entrenamiento formase parte de las actividades de un colegio de primaria y de preescolar (especialmente por el hecho de que ayuda en el desarrollo del lenguaje, la memoria, incluso en niños con dificultades).A continuación, Lothar Grahl, que lleva más de 30 años trabajando tanto con personas con discapacidades auditivas como con personas que sus dificultades auditivas son a nivel funcional – no hay ningún problema físico presente – nos describió en qué consistían estos nueve tests, y los promedios de aciertos según edades.Destacó posibles preguntas para identificar niños/as con problemas o dificultades:
- ¿Puede él/ella oir/filtrar información hablada dentro de un contexto acústico ruidoso?
- ¿Puede él/ella localizar exactamente el origen de un sonido?
- ¿Puede él/ella retener información acústica que se le ha presentado secuencialmente para un posterior procesamiento?
- ¿Puede él/ella descubrir y diferenciar sonidos hablados?
- ¿Puede él/ella acomodar la recepción sonora ante señales acústicas cambiantes?
- ¿Puede él/ella entender dos mensajes hablados diferentes que se le presentan al mismo tiempo?
- ¿Se perciben eventos sonoros altos como demasiado altos o la lengua hablada a volumen normal como demasiado baja?