De repente nos miramos al espejo y nos damos cuenta que nos parecemos de forma sorprendente a nuestros padres. ¡Envejecemos igual que ellos!
Sin embargo no todo el envejecimiento está en nuestros genes. Hay algunos factores que dependen de nuestros hábitos que hacen que envejezcamos peor. Como decía Shakespeare, “el destino no está en las estrellas sino en nosotros mismos”
Hay un estudio muy interesante publicado en la prestigiosa revista Plastic and Reconstructive Surgery donde analizan el envejecimiento de gemelos genéticamente idénticos. Estos gemelos son una excelente oportunidad para poder evaluar el papel del envejecimiento “extrínseco”, es decir, el envejecimiento que depende de nosotros mismos.
Pues bien, en este estudio se demostraba que la gemela que vivía en Miami tenía la piel con más manchas y arrugas que la que vivía en Minnesota debido a la mayor exposición solar. Y que la gemela que fumaba parecía mucho mayor que la que no fumaba. Y que la gemela que había realizado tratamiento hormonal sustitutivo parecía más joven que la que no lo había realizado. A continuación os pongo fotos de las gemelas de estos estudios.
Estas son las gemelas con diferente exposición solar (la de las manchas es la que vivía en Miami):
Y estas son las fotos de la gemela fumadora y la no fumadora (la fumadora parecía de mayor edad):
A continuación las gemelas que hacían y no hacían el tratamiento hormonal sustitutivo (la que hacía el tratamiento tiene mejor aspecto):
La verdad es que las fotos son sorprendentes. Está claro que hay parte de nuestro envejecimiento que podemos controlar.
En esto estudio también había algunos detalles sorprendentes. Se confirmaba que la gemela que bebía mucho alcohol parecía más mayor que la que no bebía tanto. La gemela divorciada parecía más envejecida que la gemela casada. ¡Y la gemela viuda parecía más joven que la gemela no viuda! Podéis sacar vuestras propias conclusiones….
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