Parece ser que las conversaciones en Ginebra entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, China, Francia, Reino Unido, Rusia y USA, más Alemania están a punto de alcanzar un acuerdo sobre el desarrollo de la energía nuclear en Irán.
Me temo que estamos a punto de asistir a una nueva edición de la estupidez y la tendencia al suicidio de la civilización occidental. Solo con ver una foto de una de las reuniones presidida por Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la U.E. ya va a ser difícil que nadie me convenza que de esas reuniones va a salir algo positivo, porque esta señora y la institución que representa no han hecho nunca nada que no haya sido un fiasco estrepitoso, y ella además fue la principal impulsora de otro gran ejemplo de error mayúsculo: el levantamiento del embargo de armas a Siria.
En mi nota del 11 de octubre pasado sobre la tragedia de Lampedusa ya me referí al calificativo de moderado al actual Presidente de Irán, Hasan Rouhani, poniéndolo al nivel de estupidez de quien afirmase que la picada de una cobra es más leve que la de dos cobras. Los objetivos de Rouhani, del anterior Presidente Ahmadinejad , y de la cúpula religiosa que puso a los dos en el puesto es exactamente la misma: extender el Islam a todo el mundo por conversión o por conquista, y lo único que varía es la estrategia a seguir. Estrategia iraní que no ha cambiado con el Presidente porque ahora sean más razonables y ya no tengan como principal objetivo el conseguir el arma nuclear, sino porque las consecuencias del bloqueo a que Irán está sometido en la actualidad por intentar conseguir la bomba, han deteriorado la economía del país hasta tal extremo que empezaba a ser insoportable para la población, con elevado riesgo de conflicto interno a pesar del durísimo control ejercido por la dictadura islámica.
Por supuesto que la recién aparecida razonable moderación iraní aceptará comprometerse a lo que haga falta, y también por supuesto que no van a cumplir ni uno solo de sus compromisos durante un solo día.
Por una vez que los líderes occidentales estaban a punto de conseguir derrotar a la dictadura islámica iraní, un muy peligroso enemigo de occidente (y de todo el mundo), con una estrategia a largo plazo y de manera inteligente, van a rectificar porque ahora los iraníes son moderados. Si no fuese un asunto tan serio diría ¡¡¡¡JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA y JA!!!!.
Por analogía os adjunto un artículo de Pilar Rahola publicado en La Vanguardia el viernes 8, sobre los ayatolas y talibanes españoles, que solo se diferencian de los iraníes y afganos en que los nuestros ni se molestan en aparentar moderación porque jamás se equivocan.