Zurich es la ciudad más impecable que he visto en mi vida. Y no parece sólo por la acción del hombre que la mantiene en ese estado, sino porque allí parece que hasta la naturaleza se portara en consecuencia.
Me costó tanto encontrar el centro histórico de Zurich que pensé que era una ciudad que no me iba a gustar. Venía sabiendo que era un lugar maravilloso para vivir ya que en 2006 y 2008 fue galardonada como la ciudad con mayor calidad de vida del mundo. Aún así, sus alrededores , entrando en coche desde Berna no me parecieron nada sugerentes. Pero a la hora de haber llegado , de haber encontrado mi destino, ya estaba fascinada con la ciudad.
Mi estancia estaba patrocinada por el Hotel Glockenhof y a pesar de estar a dos pasos de la estación de tren, me costó encontrarlo mientras conducía. Una vez instalados allí, para mí, como en cualquier ciudad, lo primero es salir a caminar.
Estábamos a dos pasos de la famosa Bahnhofstrasse, la calle de las joyerías y las tiendas de marca, y lo primero que hice fue caminarla. Ahí fue donde tuve la primera impronta no sólo de la elegancia de esta vía de renombre, sino de la pulcritud y limpieza, no sólo de la ciudad sino de lo que luego sería una percepción de Suiza en general. Además es una vivencia que se agudiza por el tipo de acerado que no se diferencia de la calle propiamente dicha, y donde no sólo no hay residuos humanos, sino tampoco naturales, No hay hojas de árboles ni nada.
La sorprendente pulcritud de las calles de Zurich
Aunque parezca un comentario baladí o poco original, incluso tópico, es una vivencia que te acompañará a lo largo de tus paseos por Zurich.
Era una tarde de primavera, y luego de un día de lluvia había salido el sol timidamente. El borde del Lago estaba lleno de gente que salía de trabajar y el lugar lucía su esplendor. Pudimos comernos una salchicha en un bar que nos dijeron no tenía más horarios que los de las inclemencias climáticas. En la orilla este , la del centro histórico, está el Hotel Eden Au Lac, un hotel de los años de oro , construído en 1909, y que sobrevivió a las guerras mundiales, a la bancarrota, a una gestión bancaria, y que luego de una gestión familiar, es parte hoy de la exclusivísima Victoria Jungfrau Collection .
El Histórico Hotel Eden au Lac
Doy estos datos porque para mí estos hoteles hablan mucho de las ciudades, son casi actores de los años de oro, y del glamour suizo , que es menos estridente que los que salen en el papel couchet, pero acaso más potentes economicamente.
Muchas son las causas de la riqueza de este país, y de esta ciudad en concreto que si bien no es la capital, sí lo es del sector financiero. A pesar de ese poderío, aquí todo es recatado y recogido, no hay ostentación ni ruido. Tal vez algo tenga que ver que Zurich fue el primer cantón suizo que adoptó la Reforma Protestante en 1519, y cuatro años después se separó del Obispado de Constanza y por lo tanto del catolicismo, a partir de lo cual se retiran las imágenes de santos y dioses de las iglesias, y esa especie de ascetismo se respira en toda la ciudad.
CAMINANDO HACIA EL LAGO POR LA BAHNHOFSTRASSE
Esta calle a medida que se va acercando al Lago se va convirtiendo en más elitista, hay menos negocios populares, y sólo tiene puertas y escaparates de joyerías y tiendas de lujo. Poco antes de llegar al lago, te distrae la vista la hermosa Noria que está casi a pie de agua, y que tiene la particularidad de remedar a una antigua. Adoro las imágenes de las norias en las ciudades, y las perspectivas que aportan:
Luego de disfrutar de la orilla del famoso ZurichSee, otro approach que hay que hacer de la ciudad es caminar por las orillas del río Limmat, para entender la configuración del Casco histórico. En él surgen siempre como señas de identidad las torres gemelas de las GrossMunster, y las de la FrauMunster y la Peterskirche.
Toca cenar, y toca buscar buenos vinos y una buena Fondue, algo difícil de encontrar sino es en un restaurant en donde te la ofrezcan de un modo turístico.
Pero esto será tema del siguiente Post, en el que también abordaremos la afición artística de la ciudad, y su fantástica Kunsthaus.