El pasado viernes 3 de mayo desplegó sus alas la décimo novena edición del Fant (Festival de Cine Fantástico de Bilbao). Ya son casi 20 años, y qué mejor manera de celebrarlo que trayendo a Park Chan Wook (Old Boy, Smpathy for Lady Vengance), el genial director surcoreano, de estrella invitada. Como de costumbre, los responsables del festival han tirado la casa por la ventana, ofreciendo una programación de lo más jugosa: desde clases de efectos especiales en maquillaje, exposiciones de pintura y concursos de escaparates por toda la ciudad hasta ‘cócteles Fant’. Ya dentro de la sección oficial, ocho películas compiten por llevarse el premio principal, entre ellas Antiviral (Brandon Cronenberg) o Maniac (Franck Khalfoun). El resto de secciones también está a la altura, con proyecciones tanto de cortometrajes vascos e internacionales, documentales (Room 237), joyas recientes como DiamondFlash, y demás secciones dedicadas a cine asiático, estadounidense y clásicos del género.
Así, empezamos el primer día degustando el plato fuerte del festival: el preestreno estatal de Stoker, el último filme de Park Chan Wook, y a continuación rueda de prensa para los medios con su director. Todo un lujo.
Stoker, la película inaugural del Fant es todo lo que promete su tráiler y más. Para los que quizá albergan cierto recelo por ser ésta la primera cinta del surcoreano rodada fuera de su país y en lengua inglesa, podéis estar tranquilos. Estamos una vez más ante un Park Chan Wook en estado puro. Su argumento nos sitúa en el eje de la familia Stoker, Mia Wasikowska y Nicole Kidman, madre e hija, que acaban de perder al patriarca por un accidente de coche. Todo cambiará cuando se instale con ellas el ‘encantador’ aunque hasta entonces desconocido tío Charlie (Matthew Goode). Aunque me reservo los detalles para la crítica, se puede afirmar que la familia protagonista no se apellida Stoker por casualidad.
Con
naturalidad y sonrisa serena cruza Park Chan Wook la sala del hotel donde se
dispone a contestar las preguntas de los periodistas congregados. Tras una
breve presentación por parte de los responsables del festival, el director
manifiesta su alegría de encontrarse en Bilbao y su opinión respecto al alcance
de su obra entre el público. “Mis
películas son conocidas como las películas exóticas de Asia, algo exótico
oriental para el público occidental. Sin embargo, con esta película yo creo que
puedo acercarme más al público occidental. Y además esta película está rodada
en inglés, espero que esto también sea
una ventaja”.
Aunque
reconoce la importancia de Hitchcock en su obra y confiesa que ver Vertigo fue un momento determinante en
su vida, recalca que poco le gusta reflejar la influencia que han tenido otros
directores en su filmografía. En lo que respecta al proceso de trabajar con un
guión ajeno - Stoker es el primer
filme cuyo libreto original no ha escrito él – afirma que tuvo que volver a una
técnica de trabajo anterior cuyo proceso consistía en leer mangas y
modificarlos. “Respeté el marco original de
la película pero todos los detalles
de la misma están escritos por mí”.
Koldo Serra (izq,), uno de los miembros del jurado y director de Bosque de Sombras
En relación al cambio de industria hollywoodiense, Park Chan Wook saca a colación los estereotipos sobre la meca del cine estadounidense: “Existen muchas bromas sobre Hollywood, se ironiza mucho sobre el tema, describiendo a los ejecutivos de Hollywood como estúpidos”. El director afirma que “el proceso de hacer una película es igual en todas partes” y aunque admite haber tenido ciertas dudas en un principio, reconoce como principal ventaja el haber trabajado con la productora Fox Searlight. “Yo no sé cómo funcionan otros estudios, pero la gente de Fox es muy inteligente. Es gente que ama el cine.” Uno de los aspectos más trascendentes y reconocibles de la filmografía de Park Chan Wook, presente también en Stoker es la combinación de los aspectos visuales con los sonoros. Su director habla de la importancia de los silencios en el cine. “Lo visual representa la conciencia, mientras que el sonido representa la inconsciencia (lo difícil de percibir). Cuando el público ve una película puede hablar de la imagen o incluso de la música o el diálogo. Sin embargo, del sonido no se habla. Y yo creo que todo recuerda porque es importante, de ahí su importancia”.

