Revista Diario

Et enfin moi. Ballet

Por Bergeronnette @martikasprez
Con casi ocho años mi madre me apuntó a una academia de danza clásica que había cerca de casa. Dos días a la semana, una hora de clase. Cuando subimos las escaleras, -ya que era una sorpresa- y llegamos al tercer piso, vi la clase y unas cuantas bailarinas dentro.
Era una clase grande, una columna a la mitad, una pared llena de espejos y las otras tres paredes llenas de barras; dos ventanucos en la pared que daba a la calle, una ventana pequeña en la pared contraria que daba a un tejado lleno de gatos, y los techos altos.
Recuerdo que mi madre le comentó algo a la directora como que me gustaba la música, y que quería que fuera más femenina.

Et enfin moi. Ballet

Con mi primo Tirso


Me mandaron al vestuario, me cambié, y entré a mi primera clase. Poco recuerdo de esas clases. Sólo sé que mi madre lo mantuvo en secreto hasta el festival de fin de curso, en junio. Ella se encargó de hacerme las "pulseras" de seda roja con unas flores blancas, la que fue a por mi primer tutú, de color rojo. Y la que se emocionó al verme bailar en la primera fila, ¡y sin gafas!
Una variación de Mozart. Dos niñas delante (mi amiga y yo), y cinco o seis detrás, siguiendo nuestros rond de jambe, passé y petits sauts.
También recuerdo la salida, una foto con mi padre, en la que se me ve un morado tremendo en la pierna.
Fue el mejor día, y la mejor experiencia. (Continuará...)

Volver a la Portada de Logo Paperblog