Leí el otro día, en uno de los periódicos virtuales, un artículo sobre que el "60% abandona la lactancia antes de los seis meses". A los pocos días, volví al mismo artículo, y me puse a leer los comentarios. Si bien, los artículos de salud deberían -y digo deberían, porque no siempre lo hacen- verificar bien los datos, los comentarios de gente que opina sin saber, o que sabe porque la prima del cuñado daba la teta, o casos similares, dejan mucho no, muchísimo que desear. Las madres que deciden dar el pecho se han leído infinidad de artículos, de libros, han consultado con grupos de lactancia, etc... O no. Simplemente decidieron dar el pecho, porque sí. Porque era lo natural. Porque era lo normal. Años han pasado, y estudios también, que han indicado que la leche materna es buena no sólo los primeros días, sino también los primeros seis meses, y hasta los dos años de forma complementaria con otros alimentos. ¿Entonces, porque ese porcentaje tan alto de abandono de la lactancia? La sociedad española no está acostumbrada a este acto tan natural como es dar de mamar. Recuerdo cuando en Zaragoza, tuve que irme a un banco fuera de la Basílica del Pilar, de cara al Ebro, para darle de comer a l'aînée. O incluso, en la consulta del pediatra, cuando te preguntan si sigues con lactancia materna, te miran mal, o hacen un comentario extraño. No defiendo la lactancia materna a muerte. Habrá madres que no puedan o no quieran. Pero a mi hija no le molesta. A mí no me molesta. Ella sigue ganando peso y durmiendo bien. Y yo descanso en esos minutos en que estoy tumbada con ella. Ella, la petite. No sé cuando dejaremos ese vínculo entre ambas, acaba de cumplir 15 meses y sigue queriendo desayunar leche materna. Y sí, por la noche, a pesar de sus dos platos de comida, quiere terminar con leche materna. Repito, ¿porqué ese porcentaje tan alto de abandono de la lactancia materna? Por que es complicado conciliar la vida "real" con la familiar. Estamos obligadas a dejar a nuestros hijos en guardería desde los 4 meses, o 5 meses, si conseguimos juntar el mes de vacaciones y la hora de lactancia.
Con l'aînée, recuerdo haber llevado los botes de leche materna todas las mañanas para que comiera. La petite va desayunada de casa.
Y sé que esto da para mucho más, pero basta con leer el artículo, y conocer nuestras realidades.