La noticia publicada en Le Monde
LA BANDA ETA pone fecha a su desarme incondicional.Dentro de tres semanas, si nada se tuerce, el grupo terrorista facilitará la localización de sus zulos. Aunque su mortífero arsenal ya estaba en desuso desde hace más de cinco años, y bastante mermado debido fundamentalmente a la actuación de las fuerzas de seguridad, tanto en España como en Francia, la satisfacción no será completa hasta que anuncien su disolución definitiva. De una vez y para siempre.Un anuncio que, en todo caso, y a falta de concretarse, me sugiere algunas consideraciones rápidas. La primera tiene que ser, necesariamente, de cautela. No es la primera vez que hay amagos o falsas entregas de armas a través de intermediarios internacionales.Y a partir de ahí, algo que cae por su propio peso. ¿Qué es lo que ha conseguido la banda causando tanto dolor y sufrimiento? ¿Acaso el País Vasco es hoy más libre e independiente? ¿Qué objetivos políticos han conseguido? ¿Dónde están sus logros y avances sociales gracias al terror causado, en ocasiones de forma indiscriminada?Desarme, disolución… poco importa ya la modalidad elegida del definitivo ‘agur ETA’ para las víctimas y sus familias. Tanto dolor, tanto terror, tanta sinrazón, tanta barbarie y tanta sangre derramada, absolutamente para nada. Pero es hora también, tal y como pide Amnistía Internacional, de que partidos e instituciones se afanen en la elaboración de “una agenda común de derechos humanos para el País Vasco”.Mal que pese a muchos, por mucho que pueda repugnar, las heridas de tantos años de plomo no se cerrarán del todo hasta que se establezca un diálogo, ahora que empiezan a darse las condiciones. Para que las víctimas, todas, las de ETA, las de los GAL y las de otros grupos armados, también las que sufrieron tortura, puedan encontrar el reconocimiento y la paz que merecen.