Charlie Kaufman
En
Eterno resplandor… se llama Joel Barish. Con guión de
Charlie Kaufman y dirigida por Michel Gondry, se repiten algunas características: ha tenido una infancia hermosa, pero se ha convertido en un hombre retraído y solitario que sólo piensa en su trabajo, desencantado por la vida adulta (típico personaje de
Charlie, también guionista de
¿Quieres ser John Malkovich?).
Y es ese sentimiento de desvalido y de bondad inocente y traicionada, lo que lo vuelve atractivo para esa mujer que ya ha asumido los golpes de la vida. El no vive más bajo una campana de cristal.
Un llamado lo puede todo
Sentimental incurable, escribe un diario personal para reflexionar y dibuja caricaturas. Algunas caras son francamente siniestras, aluden a la muerte y expresan su dolor interno.También hay chistes y ocurrencias que remiten a juegos donde la muerte está presente, (
como asfixiarse con las almohadas o fingir un suicidio con salsa de tomate). ¿Notaron el reloj de péndulo con figura de calavera?
Versátil Kate Winslet
La vida de Joel toma colorido con la aparición de la mujer amada, que precisamente usa campera naranja y diferentes tinturas para el pelo, aunque ella les atribuya nombres amenazantes.
Agente naranja
En este caso es Clementine Kruczynski, interpretada por Kate Winslet, nombre que coincide con el de un personaje y una melodía de
Huckleberry Finn, el cuento sureño para chicos de
Mark Twain en el Mississippí.
Kate es una actriz magnífica, quedaron atrás los días de rebelde adolescente de
Titanic, donde también actúa muy bien y sabe del dolor y la desesperación. Lograda su madurez, nos deja muestras de grandes trabajos.
En
Contagio de
Steven Soderbergh (2011) lleva admirablemente el peso de toda la película durante media hora, hasta que muere, y la película no se recupera más de su ausencia. Ni hablar de
Un Dios salvaje de Polanski junto a Jodi Foster o de
Secretos íntimos, sobre el adulterio en un pueblo suburbano.Ella busca lugares solitarios y desolados, como acostarse de madrugada con su pareja sobre el río congelado. Esa oposición entre la helada soledad y el amor tibio cerca de las fisuras y las estrellas, les resulta agradable, lo mismo que el duelo entre la vida y la muerte. La historia de amor que se recrea no es para nada banal.
Ella es tan independiente y determinada. Lucha activamente contra el destino y pasa a ser la figura dominante (
otra característica de la mujer en los guiones de Charlie). Se siente acomplejada. Teme ser fea y rara y no soporta el paso de los años.Se nota que busca a un hombre bueno y necesitado de afecto a propósito, para no volver a ser estafada, tal vez. Es ese ímpetu por conquistar a un hombre, lo que le echa en cara Joel en su última pelea, el motivo que terminará por rebalsar el colmo del vaso.
Una pareja singular
Clementine significa
clemencia, como bien dice Joel. Pero en ese diálogo en el tren, donde ambos han borrado su pasado, éste sigue presente de manera misteriosa, digamos que su afinidad es
psicológica e instintiva, con huellas inconscientes difíciles de percibir.Es San Valentín, pleno invierno entre nevadas, (
inventado por los fabricantes de tarjetas para que la gente se sienta como basura). Ella es quien siempre toma la iniciativa (
la secuencia del andén es la más divertida), es resuelta, impulsiva, y se siente muy frustrada, y aduce ser
vengativa.
El es temeroso, pero se siente atraído. La observa. Le disgusta su reacción cuando él le dice que es
linda y agradable, adjetivo muy trivial, y entonces ella alega nerviosa que no espera que la gente le diga eso (
nice). Ella se hace cargo de la seducción (
me gusta cuando le dice que el alcohol hará que esa tarea sea menos repugnante). Es un licor verde en una botellita que lleva siempre en su bolso y delata su adicción. Denota neurosis y que siente cierta culpabilidad por tener que manejar la situación, algo mal visto en las mujeres.Es la historia de un romance fallido que, si bien sigue el esquema convencional de las películas románticas: chico encuentra chica – chico pierde chica – chico recupera chica, le encuentra una vuelta de tuerca. Y como en todo gran amor, el odio está cerca.De ahí, esa dualidad
goce-sufrimiento y
perdón-amenaza, además del programa de TV, donde el mago confunde
veneno con pócima.
Ella no se adapta a su carácter callado y a su vida sin desafíos, rutinaria y mediocre. Empieza a aburrirse y las cosas empeoran del todo cuando él se niega a tener un hijo. Pelean en pleno mercado, donde lo insulta a gritos tratándolo de
"viejita",
sin pensamientos ni amor ni pasión.Otro exponente de ciencia ficción sentimental
Pero para quebrar esquemas, a esta historia se le superpone lo fantástico, un procedimiento dentro de la vertiente de la
ciencia ficción sentimental.El humor y la ingenuidad de Jim enfrentan la crudeza de la realidad, como era descubrir que Seahaven era un mundo falso dentro de un gigantesco domo, cuando era Truman. Lo tecnológico se convierte una vez más en una herramienta para condicionar afectivamente al ser humano, para controlarlo como si fuese una máquina.
En este caso es una operación quirúrgica, sin bisturíes. La extirpación de sus recuerdos dolorosos, matando las redes de neuronas precisas mediante voltaje eléctrico. Un electroshock en apariencia indoloro, mientras el paciente
duerme, o mejor dicho sueña. Una amnesia parcial selectiva, provocada y consentida.
Estructura circular que busca la sorpresa
El relato no es lineal. Empieza en
la mañana después. El procedimiento se hace de noche para que no interfiera con la rutina diaria del paciente, hasta que vuelven a encontrarse. Les digo que ese despertar en su cama, de esplendoroso no tiene nada. Ese hilo argumental queda inconcluso, a modo de anzuelo.
Y luego retrocede a
la noche en que sucede, desde que llora en el auto
(¿ver a un hombre llorando? ¡qué barbaridad!) hasta que se droga y cae dormido, para que el “
equipo profesional” ingrese en su departamento y se haga cargo de todo.
Es aquí donde el relato del pasado empieza a ir en reversa, pero por secuencia. Desde que la ve en la librería y se asombra porque no lo reconoce (lugar adecuado porque como contrasentido los libros son registros de vivencias), hasta que la conoce por primera vez en la playa durante el verano cuando va a una fiesta con sus amigos a Montouk, Long Island, cerca de Nueva York.
Donde se conocen
En realidad, se cuentan en paralelo dos historias: el viaje por los
laberintos de la memoria acometido por Joel resistiéndose a la
“máquina”, y las incidencias del
“equipo profesional”. Por momentos, por poco voltaje o porque la droga no fue suficiente, se superponen ambas.
Percibe estando dormido, pasado y realidad presente. O incluso pasado de pasado, pasado y realidad presente. En los recuerdos, a su vez, puede evocar otro, cuyos elementos comienzan a invadir la escena hasta transformarse en ese.Se vuelve surrealista y se confunde lo vivido con lo imaginado, como la calle que invierte sus esquinas sin ninguna lógica razonable o las caras que se van deformando y disolviendo, como si fuesen de goma.
Evolución de la ciencia ficción en 50 años
De películas ingenuas a distopías, desde los años 60 este género menor ha marcado la historia del cine con importantes hitos, sobre todo en el cine de autor, tan alabado por la nouvelle vague, de la mano de Godard, Truffaut, Resnais... y con la respuesta soviética que dio Tarkovsky en Solaris (1972). En todas se relaciona con las emociones humanas y cierta metafísica, una nueva forma de mirar la vida.
Discovery hacia Júpiter
Pero el honor de la obra maestra le corresponde (¿cuándo no?, con 2001:
Odisea en el espacio (1968), a Stanley Kubrick, donde a traves de la ópera visual y los tiempos muertos, muestra a toda una tripulación en hibernación con dos hombres en vigilia, a merced de una supercomputadora que no puede equivocarse, HAL 9000, que muere cuando el único superviviente desconecta su memoria.
La nefasta HAL 9000
También tiene mucho que ver con Eterno resplandor... la crítica feroz y escandalosa al sistema violento y en apariencia democrático de
La naranja mecánica (1971), también de Kubrick y protagonizada por el perverso Alex, que se somete al "tratamiento" para salir de la cárcel.
El perverso Alex
La ingenuidad y la acción juvenil de los 50 vuelve con efectos especiales de primera calidad en La Guerra de las Galaxias (1977) de
George Lucas y su saga.
Spielberg recrea cuentos de hadas en un cine familiar y pacifista en Encuentros cercanos del tercer tipo (1977) y E.T. El Extraterrestre (1982), en la misma línea de comedia juvenil de Volver al futuro (1985) de Robert Zemeckis.
Pero los pesimistas aducirán la robotización del hombre o su lucha contra las máquinas y los robots (Westworld,1973 de Crichton), su propia creación. Con la tecnología al servicio del control social (La fuga de Logan, 1976, de M. Anderson), y el peligro global de un mundo super poblado (Soylent green, 1973, de Richard Fleisher).