Una de las disciplinas con más futuro por delante es la denominada ética animal, que considera a los animales como seres sensibles. Esto es importante porque permite articular políticas coherentes hacia otras especies que respeten la dignidad de la vida de los animales, tantas veces vulnerada por los seres humanos.
Los principales centros de pensamiento o think tanks pioneros en ética animal son el Animals and Society Institute de Estados Unidos, el New Zealand Center for Human and Animal Studies de la Universidad de Canterbury, el Oxford Centre for Animal Ethics y el Centre for Human and Animal Studies en el Reino Unido. Ahora también ha surgido un nuevo think tank en España: el Centro de Estudios de Ética Animal, constituido por un grupo de investigadores de comunicación, filosofía, derecho, literatura y sociología de la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Girona. Una excelente iniciativa con la que pretenden divulgar sus investigaciones para trasladar a la sociedad una perspectiva ética no antropocéntrica e influir en la toma de decisiones de los políticos en todo lo relacionado con los animales.
Este nuevo centro de pensamiento tiene como objetivo impulsar las perspectivas éticas que no estén centradas en los humanos ni en la especie en todas las disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades, partiendo de las investigaciones que ya han realizado psicólogos, etólogos, antropólogos o expertos en comunicación. En la práctica, es una forma de sensibilizar a la sociedad con respecto a que el planeta es un espacio que compartimos con otras vidas, no un espacio que explotamos, y explicar que podemos reducir al máximo la crueldad hacia los animales y mostrar todas las interacciones que hay entre las personas y otras especies que habitan en el planeta.
Una de las primeras actividades del Centro de Estudios de Ética Animal será presentar una guía práctica para comunicadores con recomendaciones sobre el tipo de cobertura y el lenguaje que deberían utilizar los periodistas en su trabajo para no perpetuar la perspectiva antropocéntrica del planeta.
La labor de este nuevo think tank se enmarca en una corriente de pensamiento dentro de la filosofía moral que defiende que el progreso no se puede definir sólo a partir de los intereses de los humanos, y que las personas tenemos obligaciones morales respecto al resto de seres vivos, entre ellas la de no infringir dolor y sufrimiento innecesario sobre otros seres con capacidad de sufrir. Además, el proyecto llega en el momento de mayor sensibilidad y concienciación sobre los derechos de los animales en todo el mundo.
Si avanzamos hacia un mundo más respetuoso con los animales, avanzamos en la dirección correcta.