Revista Opinión

Ética para Fernando*

Publicado el 26 enero 2010 por Hugo
Ética para Fernando*Leo en El Mundo (vía):
Arcadi Espada. ¿Los caballos tienen derechos?
Fernando Savater. No. Los animales no tienen derechos, porque no tienen obligaciones. Es así de sencillo. La idea de derechos de los animales es como, por ejemplo, los «derechos de los cuadros». Yo creo que estaría muy mal meterse en el Prado y quemar obras de arte, por ejemplo. Pero eso no quiere decir que piense que Las Meninas tienen derechos.
[...]
A. E. La verdad es que yo he entendido siempre esa proposición de Peter Singer como una llamada de atención sobre la unidad de los seres vivos. Hay mucha gente que jamás se ha planteado esa unidad.
F. S. De acuerdo, pero lo que pasa es que más bárbaro que el que maltrata a un toro es el que no distingue entre los toros y las personas. La gran diferencia entre unos y otros es que nosotros no tenemos un papel totalmente asignado, mientras que los animales no tienen la necesidad de elegir su papel o, por lo menos, la tienen en una forma infinitamente menor. Es bueno recordar esa unidad. El problema es cuando la ética se proyecta exclusivamente sobre la salvaguardia de lo sensorial. En Singer parece que lo importante es que se salvaguarde del dolor, del proceso del dolor, a los seres que pueden descubrirlo. Lo cual yo no creo que sea verdad ni entre los seres humanos. Ni siquiera de los humanos creo que la única ética sea la de evitar sin más el dolor.
A. E. No es la única, pero si algún estudio alguna vez especificara que un animal sufre, que distingue entre la vida buena y la vida mala... Con independencia de que el animal no tenga obligaciones porque su grado de conciencia no lo permite, la implicación de uno en...
F. S. Ah, eso sí, claro. Yo creo que los animales distinguen cuándo están bien y están mal. De modo que no, evidentemente a los animales no les gusta que les peguen o que les maltraten. Y de la misma manera, ahí está la vida tan maravillosa que llevan los grandes caballos de carreras. Corren en total, en toda su vida, unos quince minutos, porque corren carreras de dos minutos. Unos quince o veinte minutos de toda su vida, que es todo su trabajo, más los entrenamientos, y luego ya el resto de la vida, como un sultán. O como el toro.
A. E. ¿Le gustan los toros?

F. S. A mí me gustan mucho. Yo he ido mucho a los toros. Lo que pasa es que yo, lo mismo que a los caballos puedo ir solo, a los toros necesito ir con la peña.
Savater me cae bien. Normalmente comparto muchas de sus opiniones, pero creo que patina cuando:
1. Afirma que los "derechos de los animales es como (...) los «derechos de los cuadros»". Eso sería cierto si los cuadros cocearan. En un mundo sin nosotros, que un cuadro se mojara o se quemara carecería de importancia, ya que no le importaría a nadie, ni a él ni a nosotros. En cambio, en ese mismo mundo, que un pájaro se rompiera una pata no carecería de importancia, pues habría, al menos, un pájaro preocupado por esa pata.
2. Afirma que "estaría muy mal meterse en el Prado y quemar obras de arte (...) pero eso no quiere decir que piense que Las Meninas tienen derechos". Esa resistencia a no querer llamar las cosas por el mismo nombre me recuerda a los que piden no llamar "matrimonio" a la unión de parejas del mismo sexo. Frans De Waal, por ejemplo, también se resiste. Prefiere hablar de "trato humanitario" en lugar de derechos: "la concesión de derechos a los animales depende por entero de nuestra buena voluntad. Consecuentemente, los animales disfrutarán únicamente de aquellos derechos que les concedamos (...) En mi opinión, los derechos que se conceden de forma selectiva no pueden ser calificados de tales". A lo que Singer responde: "Sin embargo, la concesión de derechos a seres humanos intelectualmente discapacitados también depende enteramente de nuestra buena voluntad. Y todos los derechos son concedidos de forma selectiva. Los bebés no disfrutan del derecho al voto, y las personas que como resultado de una enfermedad mental o una anormalidad muestran una tendencia a comportarse de forma violenta y antisocial pueden perder el derecho a la libertad. Pero todo ello no significa que el derecho al voto o a la libertad no puedan ser considerados derechos en toda regla." [1]
3a. Afirma que "más bárbaro que el que maltrata a un toro es el que no distingue entre los toros y las personas". Sutil manera de cambiar de tema. Que las personas y los toros somos diferentes me parece obvio. Todavía nadie me ha confundido con un toro. Lo que ya no es tan obvio, y es lo que se discute aquí, es si maltratar a un toro es diferente de maltratar a una persona; lo que se discute es el maltrato, no si la persona que denuncia el maltrato sabe o no distinguir entre tetas de silicona y tetas naturales. Concretemos, pues: ¿A qué le damos más valor, al interés que tiene el toro en no ser torturado o al interés que tiene el taurino en disfrutar con la tortura? No creo estar planteando un falso dilema si digo que hay que elegir.
3b. El maltrato es bárbaro. No distinguir entre los toros y los cuadros, también.
4. Afirma que la ética singeriana, o animalista en general, "se proyecta exclusivamente sobre la salvaguardia de lo sensorial". Dicho así, Singer parece el Epicuro de los animales. Se "proyecta exclusivamente" en lo sensorial porque se trata de animales a los que la estética y la metafísica no les interesa; es decir, de animales a los que con no chafarles la tarde en una Plaza les basta. Si en algún momento me pareciera que los toros se mueren por ir al Ateneo o al museo de ciencias naturales, reivindicaría su derecho a ir (en ese caso, mi ética también se proyectaría sobre la salvaguardia de lo intelectual). Del mismo modo, si en algún momento me pareciera que los toros tienen mejores planes que ir a Las Ventas, reivindicaría su derecho a no ir. Y eso es, desde luego, lo que nos viene pareciendo a muchos. A mí desde hace poco, pero a otros desde hace mucho (ej.: 1, 2).
5. Afirma que "ni siquiera de los humanos creo que la única ética sea la de evitar sin más el dolor". Claro que no es la única, pero ¿acaso no es la primera, la más importante?
6. Afirma que el toro vive a cuerpo de rey (y no es el único). Justificar con eso, sea su intención o no, que al Rey se le puede torturar porque hemos construido un palacio para él es un non sequitur de campeonato.
Lo mismo que he hecho con el texto de Savater, os animo a hacerlo con el mío. Mucho me temo que ver la falacia en el ojo ajeno es más fácil que verla en el propio :o)
(*) Pequeño guiño a su ensayo Ética para Amador.
[1] Frans de Waal, Primates y filósofos, Ediciones Paidós, Barcelona, 2007, pp. 192-193.
También se está hablando de esto en:
- Waldenland25.

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