Revista Filosofía

Etica y Sociedad

Por Alejandro Paredes Jara @alejoparedesj

Etica y Sociedad

Hace un tiempo atrás tuve la oportunidad de participar de un taller sobre ética aristotélica, dictado por Renato Espoz profesor de la Universidad de Chile, y el tema en especifico era un análisis del libro Ética a Nicónamo o mas bien de algunos capítulos de ese libro. Reconociendo mi rudimentaria formación filosófica y mi acercamiento más bien indirecto a Aristóteles y a los pensadores clásicos, quiero rescatar algunos planteamientos y reflexiones teóricas de este autor respecto del sentido y finalidad del comportamiento social del género humano. Asumiendo que la conformación de los social supone el desarrollo de diversas actividades a través de los cuales se resuelven las necesidades e intereses de quienes somos parte de la sociedad, Aristóteles se plantea que lo social tiene una finalidad, los seres humanos buscamos satisfacer ciertos fines o propósitos y al constituir un agregado social, le conferimos o trasferimos a éste el rol de dar respuesta o garantía de satisfacer las necesidades de sus integrantes, en lo que podríamos denominar el principio del bien común. Aunque Aristóteles no lo plantea con estas palabras, inicia la reflexión reconociendo que toda actividad humana persiguen un fin o un bien, un arquitecto, por ejemplo, diseñar de la mejor forma posible una casa o edificio para que así una vez construido satisfaga las necesidades para lo cual fue diseñado, el fin de un artista desarrollar obras cuyo valor estético  genera un goce en quienes aprecien su obra, el fin de un cocinero sería elaborar platos que tengan una buena aceptación por los comensales, .el de un ingeniero construir puentes, obras de regadío, caminos que sirvan adecuadamente a su propósito, etc., o sea cada actividad persigue un bien, y esto supone que todo bien es una aspiración humana, el hacer bien algo, supone que es el fin de cada actividad humana. Aristóteles, habitante de las polis griegas, vislumbra que dentro de la sociedad organizada debe haber una jerarquía de bienes, o sea algunos fines tienen una mayor importancia o son más gravitantes que otros, debiendo los demás fines subordinarse y adecuarse a las necesidades planteada por ese bien o fin superior.  Ese bien superior tiene que ver con el bien común, en este caso, el bien común de los habitantes de la polis, por ende todo acto o conjunto de actos realizados por sus habitantes deben contribuir a ese último fin.  No se puede lograr la felicidad humana, que seria el fin último de la existencia si antes no logramos que la sociedad este al servicio del bienestar de sus integrantes.

Etica y Sociedad

Subyace en el planteamiento de Aristóteles la convicción de que tanto a nivel de la dimensión individual de la existencia-y a partir de la reflexión acerca de su propia existencia-como a nivel de la dimensión social de la existencia social humana, existe una búsqueda incesante por la realización humana, por la construcción de un mundo que permita a todo ser felices.  Aunque esto parece una utopía, acaso no es la búsqueda permanente de todo ser humano sentirse bien, disfrutar de la vida, descubrir un sentido a su existencia. Aquí entramos de lleno al plano de la Ética Aristotélica, que sustentada en la realidad de la experiencia humana, demuestra que toda comunidad se constituye como un proyecto de bien común, es más, ese bien común pasa a ser la necesidad o leit motiv de la comunidad humana, y ésta se puede lograr a través de la misma acción conjunta, es algo construido socialmente. Esto implica inevitablemente la construcción de una ética del comportamiento que ponga como bien superior el bien común, estableciendo que cualquier otra prioridad consideración de intereses personales o grupales por sobre el bien común, terminara atentando o minando la posibilidad de que la sociedad logre ese objetivo superior. Aquí aparece dibujada también es la concepción de Aristóteles acerca de la política como actividad que debe velar por la buena administración de la Polis. Es por eso que pone tanto énfasis acerca de que el hombre debe cultivar la virtud, o sea tener una disposición para comportarse de una manera adecuada y a la altura de la exigencia de la ética.

En este contexto el problema aparece cuando la actividad humana se desvía y desconoce la existencia de un bien o interés superior al que debe subordinarse y empieza a definir su acción en función de otros intereses o de otra lógica, se aleja de la virtud, dejándose llevar por intereses personales, por la avaricia, el afán de poder, terminará destruyendo las bases misma de la sociedad.

Debo señalar que lo anterior es una interpretación personal y no acabada respecto de la Etica Aristotélica, pero que creo es importante compartir para aportar al debate sobre el sentido del devenir de nuestra sociedad, de la búsqueda de los fundamentos de lo social y su finalidad.

 


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