Etnias y crímen

Los medios informativos tratan de separar la posible relación entre las etnias de los criminales y sus víctimas, pero inevitablemente se señalan los colores de piel, como en el caso que ahora conmociona EE.UU. por la sentencia absolutoria de George Zimmerman, presentado como blanco, que mató al joven negro Trayvon Martin.

En la Comunidad de Madrid se produjeron este fin de semana dos homicidios de jóvenes en peleas multitudinarias, y aunque los medios importantes evitaron señalar el origen de sus presuntos autores, la policía informó que uno era inmigrante y otro gitano.

El conflicto estadounidense comienza después de que Martin, de 17 años, fuera abatido a tiros por Zimmerman, que entonces tenía 28 años, el 26 de febrero de 2012.

Zimmerman era vigilante voluntario de su barrio, autorizado por el sheriff. Afirma que el chico negro le atacó y él se defendió.

Las heridas sufridas por Zimmerman en todo el cuerpo fueron el motivo de su absolución por un jurado el pasado viernes.

Al día siguiente de la muerte del chico, Barack Obama expresó su dolor por lo que sugirió que era un crimen racista: Trayvon era el hijo que hubiera deseado tener.

Estaba mal informado: Zimmerman es blanco, pero también tiene rasgos andinos. Su madre es peruana y él está inscrito como hispano, minoría étnica que le proporciona ventajas sociales. Su padre es un exjuez, judío no practicante.

La corrección política estadounidense, de la que Obama es el gran portador, presenta a Zimmerman como blanco racista, y al chico negro como víctima.

Fue Obama quien incendió su país al interpretar el caso como abuso de la raza poderosa sobre la débil, cuando el choque, en todo caso, fue entre minorías.

La misma corrección política la intenten imitar algunos medios informativos españoles, pero aquí las minorías aparecen casi siempre como agresoras, y las mayorías como víctimas: no hay complejo de culpabilidad por el esclavismo como en EE.UU., porque los esclavos querdaron en América.

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SALAS