(perdón por el autoplay)
Queda apenas una semana para empezar el curso y estoy agotado. Quinto. El que espero sea el último año de la doble licenciatura de periodismo y comunicación audiovisual. Pronto dejaré de decirlo y dejaré de ser "estudiante de..." a "periodista" y/o "comunicador audiovisual".
Quizás no pueda empezar dedicándome profesionalmente a ello, aún me quedan tres meses de prácticas que pueden terminar en contrato. Según Valeriano Gómez, ministro de Trabajo, se hacen 12 millones de contratos al año. Probablemente, con el decreto ley presentado esta mañana en el Consejo de Ministros (con acuerdo de los dos grandes partidos), comience con un contrato temporal. Si soy bueno, estaré al menos un año; después podrán contratarme otro sin necesidad de pasar un mes en el paro... Dentro de dos años, volvería a estar vigente la regla de los contratos temporales, si me contratan dos veces consecutivas como temporal, pasaré a recibir el honor de ser un "indefinido". La pena es que tendría que volver a acumularlos... cuatro años para que al quinto me echen un par de meses y vuelva a la tan ansiada temporalidad... eso siempre que me quedara en la misma empresa... 480 euros al mes hasta los 33. Pocas opciones me quedan más que ser empresario o autónomo, o un máster (becado*). Mucho se habla de "contrato de formación" y poco de "emprendimiento", menos de financiación.
Y las preguntas de los periodistas:
(Vía Consejo de Ministros)
Queda por delante al menos un año y ya estoy empezando a echar de menos la universidad. Lo que peor llevo es que cuando empiece a trabajar quizás tenga que dejar de lado proyectos a los que ahora estoy dedicando mucho tiempo. Son tres, Acta Verbum, Red&Up y Lo supe en cuanto te vi. No sé si podré sobrevivir con tantas horas de sueño dispuestas de nuevo a ser devoradas por el que quizás sea mi último invierno en Madrid.
La pregunta es, ¿y si las empresas de trabajo temporal fueran filiales de las grandes multinacionales?Muchas gracias :)