Revista Opinión

Eugenio Merino acuña una moneda de oro con la cara de Jordi Pujol.

Publicado el 19 mayo 2017 por Santiagomiro
Eugenio Merino acuña una moneda de oro con la cara de Jordi Pujol.
Eugenio Merino acuña una moneda de oro con la cara de Jordi Pujol.Eugenio Merino se enfrenta a Franco en lo artístico; y a su Fundación en lo judicial.
Eugenio Merino, que exhibió a Franco en un frigorífico y a Picasso en un ataúd, muestra ahora una moneda conmemorativa de la corrupción en Cataluña con la inscripción: “Jordi Pujol. 30 años robando a saco”. Su sello de provocador nato marca sus apariciones en escena. Lo hizo en 2012, cuando exhibió en la Feria Arco Always un Franco vestido de militar dentro de una cámara de bebida y  aguardando, como quien espera ser descongelado algún día de su frigorífica inmortalidad y con la alusión “El franquismo todavía existe en España y recibe subvenciones”.  Desde entonces, el artista madrileño ha creado desde una versión Pop de Osama bin Laden hasta un Fidel Castro zombi. Ahora, se ha inventado una capilla ardiente de Picasso en la sede de la Alianza Francesa en Málaga, amortajado con su icónica camiseta a rayas. Se trata de una “reflexión crítica” sobre el turismo de masas en un lugar que se ha convertido en uno de los destinos más reclamados y que hace uso de Picasso como uno de sus principales reclamos.
A partir del 20 de mayo exhibe un último souvenir en la galería ADN de Barcelona en la muestra Home Swiss Home, dedicada a los paraísos fiscales. Entre las obras expuestas, una moneda fabricada en oro con el rostro de Jordi Pujol, presidente de la Generalitat Catalana durante décadas, investigado por la extensa trama de corrupción que alimentó en esos años. Una pieza conmemorativa de los 30 años de corrupción en Cataluña. En una entrevista publicada en Vozpópli por Karina Sainz Borgo, Merino explica: “No estoy planteando a Picasso como un souvenir. Propongo la idea de la ruta que elabora el turismo como algo más estructurado, como una forma de vender algo. El que eche más leña al fuego, de manera irónica, no es el todo malo. Hace reflexionar y obliga a responderse a la pregunta de qué coño hacemos aquí. ¿Qué papel tenemos? ¿El hecho de ser turista qué tiene que ver con nosotros? Aquí murió Picasso juega con eso y con cómo se explota la figura de alguien que en realidad vivió sólo diez años en Málaga y que además murió en Francia, que fue donde realmente vivió, exceptuando Barcelona. Esta obra es una denuncia al capitalismo del que se vale el turismo”.
¿Cuál es su siguiente acción?, le pregunta Karina ¿Meterá a Artur Mas toreando? A lo que Eugenio Merino contesta: “Estoy preparando piezas que tienen que ver con los paraísos fiscales, y que coinciden con todo este tema de Jordi Pujol. Una de ellas tiene un conjunto de hamacas hechas con banderas de paraísos fiscales, que parecen un oasis y que alude a ese sitio del que se llevan el dinero los que se dicen muy patriotas. La otra es una moneda que comenzó como un proyecto para la revista Mongolia, pero que convertí en una moneda en oro con la cara de Jordi Pujol. Es una moneda conmemorativa de los 30 años de Jordi Pujol, robando. Para mí, la Marca España es todo aquello que se reproduce en el tiempo y como vemos, tanto la corrupción como la evasión de impuestos, forma parte de España. No sólo en la época de la dictadura sino después. Cuando uno ve lo que le puede ocurrir a La Sexta por plantear humor crítico con Carrero Blanco, te das cuenta que no necesariamente existe una prohibición pero sí una presión. El que quiera exponer mis piezas o ésa, en concreto, tendrá que asumir las consecuencias”.

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