Desde el domingo pasado, el hashtag #RajoyPinocho triunfa en Twitter al hilo de su comparecencia para defender su “no-rescate” a la banca española. Pero los internautas no son los únicos en tildar de mentiroso a Rajoy por su empeño en negar la realidad. También lo hace el prestigioso periódico económico aleman, 'Handelsblatt', que le ha incluido en su sección “Pinocho de Día”, donde recriminan las mentiras de los políticos. El periódico recoge su empeño en que “no habrá rescate europeo de la banca española”. Y le galardona por tercera vez con dicho título, durante su mandato. La prensa internacional ironiza con los eufemismos del Gobierno español que se esfuerza por evitar referirse al rescate bancario. La mayor parte de las veces son las intervenciones del ministro De Guindos y de Mariano Rajoy, las que hablan del “préstamo favorable”, la “ayuda”, el “apoyo financiero” o la “línea de crédito”. Y mientras De Guindos negocia con la Comisión Europea la letra pequeña del rescate, España afronta un fin de semana trascendental. Siete días después de que se formalizara el compromiso político de Bruselas para inyectar 100.000 millones de euros con los que recapitalizar el sistema financiero español, el equipo del presidente Rajoy trabaja con un protocolo de actuación diseñado en Bruselas para afrontar distintas eventualidades, incluidas las más extremas, con unos resultados electorales de Grecia en contra. Y, junto con los otros países de la UE, España, con la reciente euforia de su banca y su gobierno “rescatados”, con una prima de riesgo que el jueves llegaba a 552 puntos básicos y con el interés del bono en el 7%, sostiene hoy el aliento mientras los griegos votan con una mano tapándose la nariz.
El lunes, 4 de junio, el presidente Rajoy era tajante en sus declaraciones: “No va a haber ningún rescate de la banca española”. Cuatro días más tarde, Sáez de Santamaría, preguntada expresamente en siete ocasiones sobre el rescate bancario, se limitaba a esquivar las preguntas: “La decisión no está tomada”. Y la vicepresidenta repetía el esquema de Rajoy: “Hablaremos cuando el FMI y las dos evaluadoras independientes nos digan cuánto dinero necesita la banca española”. Finalmente, en la madrugada del sábado, 9, el Fondo Monetario Internacional hablaba. Pero, el Gobierno continuó negando llamar rescate al rescate, táctica que provocó mofa en los medios de comunicación. Lo llamó “vía de crédito”, “crédito blando”, “ayuda europea”. Y a la ironía de los periodistas se unió la desconfianza de los medios europeos. “Tú dices tomate – titulaba Time para resumir el debate del nombre–, yo rescate”. A todo ello se añadió posteriormente una prima de riesgo que superaba los 550 puntos tras la rebaja de Moody’s a la deuda española. “Parece que Rajoy –aseguraba Francesca Caferri, jefe de sección de Internacional de La República– no sabe a dónde va. Sus cambios de rumbo general confusión y desconfianza. O es un mentiroso o no sabe lo que está haciendo”. “El rescate –titulaba El País– blinda a España de un mal peor, pero no garantiza por sí solo ni la fluidez de crédito ni la recuperación de la economía”. Y las críticas comenzaron a circular. Se puso en tela de juicio la supuesta presión de Rajoy y de España a Europa, las temidas condiciones desconocidas, el hecho de que Rajoy se marchara a Polonia para ver jugar a España contra Italia en la Eurocopa, pretendiendo dar la sensación de que todo estaba bajo su control. Un profundo malestar se extendió en las grandes capitales europeas, incluida Berlín y Bruselas. Tanto el ministro alemán de Economía, Wolfgang Schäuble, como el comisario Joaquín Almunia, recordaron que la ayuda europea a España, a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) implicaba una vigilancia estricta sobre el déficit español, a cargo de la “troica”. Guindos hizo un llamamiento a la calma, pero subrayó que el acoso contra la deuda de España no era “sostenible”. Y, analizando el rescate a España para salvar la banca, Darth Vader, Nobel de Economía declaraba: “La economía se hunde, el paro se dispara, pero se rescata sólo a los bancos. No a los parados”.
“El rescate y las ganancias de la Banca –titulaba un informe especial de Freeman, en diciembre del 2010– son dinero robado a los ciudadanos. Nunca podremos insistir lo bastante en esta cuestión clave: el dinero de los contribuyentes –que engrosa los fondos públicos de los que disponen los gobiernos estatales– es empleado de la forma más vil y ruin posible, esto es, para paliar los agujeros financieros y los desfalcos de bancos, instituciones, empresas y administraciones corruptas, partícipes del nefasto modelo socioeconómico que dirige la élite global corporativa. Aparte de ello, la Banca privada –en su desaforado afán de lucro– no sólo ‘sisa’ todo lo que puede a sus clientes, sino que apoya decisivamente este absoluto despropósito de sistema socioeconómico, muy rentable –es verdad– para ellos mismos, pero criminalmente desastroso para la mayoría de la población. Y no les tiembla el pulso a la hora de echar fuera de sus casas a miles de familias humildes, poniéndolas de patitas en la calle con la única justificación de una ley cómplice con las abusivas y demenciales estafas hipotecarias”.
Dos excelentes blogs de información alternativa, Proyectonuevaera. com y Despertares, publican dos artículos en los que se evidencia hasta qué punto es necesaria una fiscalización, limpieza y remodelación completa del actual sistema bancario financiero. En el primero, se insiste en que, aunque la Constitución Española establece, como derecho de todos los ciudadanos, el acceso a la vivienda, ese ‘privilegio’ se nos da sólo en dos casos: siendo millonario, por derecho o por herencia, o bien endeudándose uno a 30 años vista con cualquier entidad bancaria que se invente el dinero con el que podemos pagar la casa. “Mientras cientos de miles de españoles son desahuciados de sus hogares, o simplemente no tienen donde vivir, el negocio bancario especulador tiene más de 11.000 millones de euros de beneficios declarados en 2010. Son muchos ceros para unos pocos, y mucha esclavitud y pobreza para la gran mayoría de la sociedad española, una clase media ahogada hasta la saciedad por el esclavo sistema en el que vivimos. Democrático, pero esclavo y elitista. Y la asamblea de afectados por las hipotecas sigue en su lucha legal para regular esta lacra esclava que impide que cualquier mortal disfrute del derecho a la vivienda de forma normal y lógica. Ellos luchan por aquella cita de Mark Twain: ‘El banquero es un señor que nos presta el paraguas cuando hay sol, y nos lo exige cuando empieza a llover”. Por otra parte, recomendamos leer en Despertares el artículo “Al saqueo de un país le llaman recate” en el que se debate que no existe ninguna crisis económica mundial. “Sencillamente, se trata de un largo plan cuidadosamente llevado a cabo por los criminales amos del mundo para destruir la independencia de los países y establecer su criminal NUEVO GOBIERNO MUNDIAL, o si lo prefieres EL NUEVO ORDEN MUNDIAL, cuyo objetivo final es la más total y absoluta esclavitud de la raza humana”.
Ricardo Gª Zaldívar, presidente de Attac España, publica en Público.es el artículo “Embusteros e incompetentes” en el que, además de las graves consecuencias económicas y sociales que traerá el ya confirmado rescate de España por la UE, resalta otro hecho no menos importante: “Recordarnos a la ciudadanía –escribe este doctor en Economía– la desagradable cruz que supone estar gobernados por embusteros y por incompetentes. Rajoy sigue añadiendo mentiras a las mentiras de los últimos meses y ha dado un paso de gigante para probar la nefasta gestión de la crisis de su equipo ministerial”. Zaldívar resalta el último embuste del gobierno: proclamar que es España quien ha pedido el rescate, y no la UC quien forzó a aceptarlo. “No es lo mismo llamar que salir a abrir. Aunque Guindos ha declarado que se trata de ‘un préstamo en condiciones muy favorables que implicará contraprestaciones únicamente para la banca’, podemos preguntarnos qué grado de credibilidad le queda al Sr. Rajoy y al Sr. Ministro para hacernos pensar que va a ser así. Estamos siguiendo los pasos de Grecia, Irlanda y Portugal y la pérdida de soberanía a manos del capital financiero se hará cada vez más patente. Vendrá la burocracia tecnócrata de Bruselas a ‘vigilar in situ’ la evolución de nuestras variables macroeconómicas, el pago de las deudas y el cumplimiento del déficit. El resto del ajuste ya no es necesario imponerlo, pues hace meses que España ya está intervenida”. Pero, además de embustero, Zaldívar habla de la incompetencia del Gobierno. “Machaconamente se nos ha dicho que la crisis era debida a que los ciudadanos habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, y que por ello, la prioridad debían ser las políticas ‘de austeridad’. Solo ahora, forzados por los acontecimientos, se reconoce que el tumor estaba en el sistema financiero, pero el problema es que difícilmente se podría haber realizado una gestión más tardía y desastrosa de la crisis de Bankia y del resto de las cajas y bancos cercanos a la quiebra técnica. La factura que ahora se estima en 100.000 millones de euros podría haberse reducido considerablemente, si el gobierno hubiera defendido mejor los intereses de sus ciudadanos frente a los requerimientos de banqueros y especuladores y si hubiera negociado con más profesionalidad y firmeza las condiciones de la ayuda de la UE (sin aceptar, por ejemplo, que sea el Estado español a través del FROB quien acabe avalando los créditos a las entidades financieras en apuros)”.
Ignacio Escolar enumera en siete las grandes mentiras sobre el rescate español. La primera es puesta en boca de Luis de Guindos, cuando dice: “Es un apoyo financiero que no tiene nada que ver con un rescate. No hay ni el más mínimo rescate al respecto”. “Falso –responde Escolar–. El dinero sale de los fondos europeos de rescate y se presta al Estado, no directamente a los bancos, como pretendía España. Aunque las condiciones sean algo diferentes al de los demás países rescatados, la realidad es que España se ha convertido en el cuarto país de Europa en recurrir a estas ayudas, tras Grecia, Irlanda y Portugal. Así lo ve toda Europa y la prensa internacional. Falso que no afecte al déficit público. Todo el dinero que pida prestado al FROB irá a la deuda pública y sus intereses, al déficit. Si se alcanzan los 100.000 millones y el tipo de interés, como se dice, es del 3%, supondrá 3.000 millones de euros más en el déficit anual: por comparar, es dos veces lo que ahorro Zapatero congelando las pensiones en 2010. Falso que no haya habido presión. Europa –especialmente Alemania y los países del norte– ha presionado a España para que acepte esta opción. Dentro del desastre, el procedimiento de rescate no es especialmente malo: había opciones mucho peores. Pero tampoco es el modelo soñado por el Gobierno español, que habría preferido una intervención del BCE o un rescate directo a los bancos sin que el Estado tuviese que avalar la operación. Falso que no vayan a venir los hombres de negro. La temida troika –el FMI, el BCE y la Comisión Europea– también va a aterrizar en España. Serán ellos quienes decidan la reestructuración del sector financiero y también quienes vigilen ‘de cerca y regularmente’ el cumplimento de los compromisos españoles contra el déficit. Y falso que las condiciones se les vayan a imponer a los bancos. España va a tener que firmar un memorandum of understanding: un tratado, como el de Grecia, Irlanda y Portugal. Y en el propio comunicado del Eurogrupo queda claro que la ayuda al sector financiero está condicionada al cumplimiento de los compromisos anteriores de España en la lucha contra el déficit. No hay condiciones explícitas, pero sí las hay implícitas. En breve veremos nuevos recortes y subidas de impuestos, por mucho que el Gobierno hoy los niegue con la misma contundencia con la que antes negó el rescate”.
“España –escribe Enrique Meneses en El calcetín amarillo II–: pasó de ser un exportador de sol y juerga a tener la mitad de su juventud en paro. El país había jugado al Monopoly y nos creíamos que el euro era como el dinero del juego. ‘Le miracle espagnol’ se iba a desmoronar en cuando el castillo de cartas se viniese abajo al estallar la burbuja. Habíamos llegado a creernos nuestra propia mentira. Éramos un país de especuladores, de nuevos ricos, cuando la realidad era que las únicas profesiones que se ofrecían a los jóvenes eran las de albañiles y camareros. Cuando apareció la crisis financiera internacional, nos enredamos en diatribas sobre si José Luis Rodriguez Zapatero no reconocía tal ‘crisis’ al no pronunciar siquiera la palabra. Lo mismo que le sucede al presidente Mariano Rajóy que se niega ahora a pronunciar la palabra “rescate” con la ayuda que nos brinda la Unión Europea tras férreo control sobre el uso que vamos a hacer de esos 100.000 millones de euros que, independientemente de lo que diga el Partido Popular, sí nos afecta puesto que avalamos ese préstamo. El Partido Popular tiene una militancia que nunca reconocerá estar aplicando medidas que se pegan de bruces con su programa electoral. La repetida mención a “’a herencia de Rodriguez Zapatero’, para explicar medidas de recorte en el bienestar de nuestra educación y sanidad que pretenden privatizar, puede equipararse a la irreflexiva decisión de Aznar de convertir toda España, salvo Parques Nacionales, en urbanizable. Esa fue la ‘herencia’, junto con nuestra participación armada en Irak y el atentado de Atocha. El desengaño y fragmentación de la izquierda, llevaron a Mariano Rajoy a la Moncloa y le dieron una agobiante mayoría en el Parlamento. Pueden gobernar a sus anchas bajo el paraguas protector de la Judicatura y el de la Santa Madre Iglesia. Este capítulo, segundo de ‘El calcetín amarillo, tiene más por venir. La tesis es que hay que cambiar el chip a los españoles y decirles que existen nuevas maneras de ver las cosas y, sobretodo, de resolver los problemas. Por ejemplo: Nunca llegaremos a ser la Octava potencia económica. Ni la décima. ¿Y qué?”
José María Izquierdo, desde “El ojo izquierdo”, escribe sobre el héroe del silencio: “Mejor estar callados que aguantar rectificaciones. Ejemplo, mejor estar callado que decir que nunca va a haber rescate, y a los quince días tener que comerte tus propias palabras; y mejor, también, estar callado tras decir que te vas al fútbol porque ya lo has arreglado todo, y la prima de riesgo se dispara al día siguiente; o mejor callarse que presumir de que tú has presionado para que te rescaten, y a continuación venga el presidente de la Comisión Europea para decir que de eso nasti, monasti, que fui yo –Barroso dixit- quien tuvo que decirle a Mariano que sí o sí. A la vista de lo cual, silencio en la noche, ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición descansa y este menda, dice Mariano Rajoy Brey, no piensa comparecer en serio en el Parlamento hasta mediados de julio. Y eso sí me pete, que no se han enterado de que tengo mayoría absoluta y comparezco cuando yo lo decida, que a ver si uno llega a presidente para tener que explicar a los 40 millones de españoles qué hago con el dinero de esos 40 millones de españoles. ‘Pregúntenme a mí’, dijo sobrado de carácter. Pero lo primero es cogerle. Acuérdense del correcaminos”.
“Parece obvio –escribe José Antonio Zarzalejos, en su artículo “Del tomate al rescate, con las cuentas enmendadas por el FMI”, en El Confidencial– que, sean galgos, sean podencos (sea tomate, sea rescate), el manejo de la coyuntura española ha sido penosa por el Gobierno (me permití calificar su comportamiento el lunes pasado como jactancioso y provinciano), y por el Eurogrupo, a partes iguales, encendiendo enormes desconfianzas recíprocas, dejando incógnitas inconvenientes, desatando el sarcasmo de la prensa internacional hacia nuestro país y su Gobierno y con la credibilidad de Rajoy en el alero. Efectivamente, estamos ante un episodio español de una historia que es la del fallo sistémico del modelo institucional de la moneda única. Los errores del Gobierno se corresponden con la abdicación de gobernanza previsora y ágil de la Comisión Europea, pero no redimen a Rajoy de un brutal desgaste más internacional que nacional lo que arroja un saldo semanal que si es malo en lo financiero, es pésimo en lo político. Debió actuarse de manera diferente –unos y otros– y Rajoy jamás debió plantear una batalla semántica –de antemano perdida para él– ante la UE y la opinión pública y publicada. Jamás se vio una pugna más estéril que la que hace hoy una semana se inició en la Moncloa y se recebó con un gesto mal medido: el presidente en la Eurocopa ese mismo día con el propósito –bien intencionado– de ofrecer tranquilidad que se interpretó exactamente a la inversa: como frivolidad. El resultado: un desplome de reputación política gubernamental y del país dentro y fuera de España y de las grandes variables financieras (prima de riesgo, ratings) nacionales. España ha ido por detrás de los acontecimientos como, por otra parte, se demostró ayer con el informe –durísimo– del Fondo Monetario Internacional. La Unión tendrá que cambiar, pero deberá hacerlo también, y mucho, nuestro desnortado Gobierno al que creímos más previsor y predecible, más conectado con la troika, más experto en el ámbito de lo que se denomina ‘diplomacia económica’. Entre otras razones porque España no es Uganda”.
A lo largo de toda esta semana, la prensa mundial se cebó con la situación de la política española. The Guardian pone el ojo sobre la resignación de los españoles “a un futuro sombrío de austeridad”. Lejos de lo afirmado por Rajoy sobre su “presión” a Bruselas para recibir “la línea de crédito”, The Wall Street Journal publica que el resto del Eurogrupo ha presionado a España para que dé el paso definitivo. Liberation señala que España cede a la presión del resto del Eurogrupo. The Wall Street Journal cuestiona el optimismo que intenta vender el Ejecutivo y el analista Simon Nixon plantea numerosas dudas sobre el rescate en el artículo titulado: “La apuesta de los 100 millones de euros”, según anotaciones del periodista Ramón Lobo, en su blog de El País. The New York Times, en una crónica, asegura que “España acepta el rescate para sus bancos enfermos, y Busniness Insider dice: “El rescate masivo de España está aquí”. The Guardian sentencia que “los españoles están resignados a un futuro sombrío mientras la austeridad muerde”. El diario incluye el artículo de Heather Stewart, quien considera que lo sucedido no es especialmente tranquilizador porque el rescate protege el sistema financiero europeo, pero no ayudará tanto a la economía española. Le Monde recoge el rescate y un análisis, titulado: “Del milagro español a la crisis”. Le Fígaro explica la crisis de la economía española y hace mención a las huelgas de los mineros españoles que se han venido sucediendo en los últimos días, contra los recortes del Gobierno. Time ironiza con los eufemismos del Gobierno para no llamar a las cosas por su nombre con un artículo titulado: “Tú dices tomate, yo digo rescate”. BBC llama la atención sobre las afirmaciones de Mariano Rajoy, dando a entender que el rescate español es “una victoria para el euro” y para la credibilidad del proyecto europeo. Uno de sus principales analistas económicos de la cadena, Robert Peston, considera que se trata de un “rescate confuso”. The Independent prefiere llamarlo salvavidas e ilustra su información con una foto del ministro de Economía, Luis de Guindos, que parece estar sostenido por dos muletas. Y The Irish Times utiliza para su titular las palabras de Rajoy sobre que el rescate que es “un colchón de seguridad para España”.
“La prensa internacional –escribe Diariocrítico bajo el título “Rajoy, el pincho de la prensa alemana”– mira a Rajoy y no le da tregua. El pasado martes, el prestigioso diario económico Handelsblatt– incluía al presidente español en su sección ‘Pinocho del día’, sección que sirve para recriminar las mentiras a los políticos. Y es que la negativa del Gobierno español a admitir el rescate levanta, cuanto menos, críticas. Así el diario reprocha los eufemismos del Ejecutivo y el empeño de Rajoy en que no habrá ‘rescate europeo de la banca española’. En concreto, el inquilino de la Moncloa afirmó en la conferencia de prensa del domingo pasado que no deseaba verse inmerso en una discusión sobre palabras. Es la tercera vez en los últimos meses que Rajoy se convierte en protagonista de la sección”.
Muy diferente ve la prensa española la “gesta” de Rajoy. Así anunciaba “La Razón” del domingo, 10 de junio, el rescate. Y así lo anunciaba el lunes, 11 de junio en ABC, El País y El Mundo, antes de recibir, durante el resto de la semana, las peores críticas de toda Europa:
Menos mal que el humor nos sigue protegiendo, como demuestran estas portadas de Hermano Lobo de hace casi cuarenta años.
Y siguiendo con el humor, vean estas imágenes de Varona en Diariocrítico: Bandera azul, Mentiritis aguda, Coco explica, Correa libre y dignidad sin vergüenza.
Más humor, de Chispa, Quino, Azagra, Azagra, M. Fontdevila, Faro, JR Mora y de otros.
Pep Roig recoge, esta semana, Paso firme y marcial, Los oficios de la crisis, la Ley Murphy, El rescato de la decencia y El reparto de los cien mil millones.
Terminamos con cuatro vídeos. El primero es la respuesta de los ugandeses ante la afirmación de Rajoy de que “España no es Uganda”.
Santiago Jiménez, colaborador de la Embajada de Uganda en España, responde a Rajoy: “A nosotros no nos han tenido que rescatar, ni hemos pedido ayuda al FMI. Hemos pasado de un 25% de inflación a un 18% con una banca nacional africana y sin pedir ningún préstamos, cosa que no pueden decir otros países... como España”. Jiménez trasladará la frase de Rajoy al Gobierno de Uganda y afirma que “estaría bien una disculpa”.
Un ratoncillo se baña en el lavabo. Y, por lo visto, el agua no le molesta.