Se acercan dos grandes eventos para los grandes patrocinadores; El torneo de fútbol de la UEFA, “Euro 2016”, en Francia y en los Juegos Olímpicos de Río ambos eventos ofrecen la oportunidad para llegar a grandes audiencias globales, pero ambos eventos vienen cargados de escándalos y denuncias de corrupción en los más altos niveles.
Estos retos invitan a los patrocinadores a andar con mucho cuidado con sus estrategias de comunicación. Si bien la postura por defecto para la mayoría de marcas es permanecer en silencio frente a un escándalo, los acontecimientos han intensificado hasta el punto de que algunos patrocinadores están hablando y jugando un papel más activo en la política del deporte.
En mayo del año pasado, Visa amenazó con "reevaluar" su patrocinio de la Copa Mundial de la FIFA si no tomaba decisiones para abordar los temas de corrupción dentro de su organización. Por su parte, Coca-Cola dijo que había "expresado reiteradamente" su preocupación por las graves acusaciones y esperaba que la FIFA abordara el problema, ya que ha "empañado la misión y los ideales de la Copa Mundial de la FIFA". Las dos marcas, junto con patrocinadores McDonalds y Budweiser, tomaron nuevas medidas en octubre, cuando llamaron a la presidencia de la FIFA, Joseph Blatter, a dimitir.Pero la verdad es que ninguno de los patrocinadores ha amenazado con retirar sus fondos cuando Blatter inicialmente se negó a dimitir, ni han comentado más en público sobre la nueva dirección que les gustaría FIFA a tomar.
Está claro que los patrocinadores se abstendrán de hacer comentarios sobre la corrupción, excepto en las circunstancias más agudas. La FIFA, la IAAF o el COI pueden estar bajo presión, pero los eventos que organizan todavía conservan una gran aceptación, la Eurocopa de 2016 y los Juegos Olímpicos son eventos fantásticos y los patrocinadores seguirán viéndolos como una oportunidad para llegar al gran público. Los patrocinadores podrían contrarrestar estas percepciones negativas dando a conocer los aspectos positivos de su patrocinio, como su inversión en el deporte de base.
El usuario no vería con buenos ojos a los patrocinadores si empezaron a decir “vamos a poner más dinero en o sacar su dinero si usted no hace esto”. Eso es lo mismo que cualquier otra forma de soborno. Pero todas las marcas deben prepararse para lo peor y decidir sobre las "líneas rojas" que no deben de traspasar y deben tener una estrategia de salida dependiendo de donde esa línea roja.
A pesar de los escándalos pienso que es mejor patrocinar a un evento que a un deportista.