Había pocas dudas de que el desafío independentista de Cataluña sobrevolaría el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias, pero las expectativas se quedaron cortas ante el mensaje unívoco y firme de la Unión Europea en favor de la unidad de España y de la primacía de la ley.
(EFE).- Después de su aparición el pasado 3 de octubre en su mensaje extraordinario sobre Cataluña, se esperaba de nuevo con ansiedad el discurso del Rey para reafirmar el compromiso de todo el Estado en hacer frente al "inadmisible intento de secesión" en Cataluña, como lo denominó don Felipe en su intervención en el Teatro Campoamor de Oviedo.
Su discurso volvió a ser contundente al garantizar que el proceso separatista se resolverá "por medio de sus legítimas instituciones democráticas" y de que Cataluña seguirá siendo "parte esencial de España".
Pero si no era suficiente el mensaje del Rey, la presencia del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, del Consejo Europeo, Donald Tusk, y del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, que recogieron en nombre de la UE el premio a la Concordia, dotó de más peso aún el respaldo a España frente a los independentistas.
Especialmente firmes fueron las palabras del italiano Tajani, que en un perfecto español, dejó una retahíla de frases, respondidas por constantes ovaciones, para frenar cualquier conato de ruptura.
"Hay algunos en Europa, populistas y nacionalistas, que gastan esfuerzos y recursos en separarnos. Mejor harían por la concordia", fue una de las sentencias del presidente de la Eurocámara, que cerró su alocución con un "viva la democracia, viva Europa, viva España y viva el Rey".
Aunque ni Tajani, ni Tusk, ni Juncker mencionaron de forma expresa a Cataluña, todos sus mensajes fueron lo suficientemente explícitos como para ligarlas con el proceso independentista.
El abrazo de la UE a la unidad de España se exhibió en presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien ha acudido por primera vez a la gala del Teatro Campoamor.
Desde la edición inaugural en 1981, cuando estuvo Leopoldo Calvo Sotelo meses después del intento de golpe de Estado del 23F, no acudía un jefe del Ejecutivo.
Con él, han estado tres ministros, Alfonso Dastis, Íñigo Méndez de Vigo e Isabel García Tejerina, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, además del presidente asturiano, Javier Fernández.
A la ceremonia ha acudido el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pero no así el del PSOE, Pedro Sánchez, por lo que no ha habido foto conjunta antes del Consejo de Ministros de mañana en el que se aprobará la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
La gala se ha ajustado al guión de otros años, aunque ha sido más larga por las intervenciones de los tres mandatarios europeos.
Las ovaciones se han ido sucediendo, primero con la entrada al teatro de Rajoy y, a continuación, con la de don Felipe y doña Letizia, que ha lucido un vestido de seda blanco bordo en hilo y cristal negro.
Al margen de la emoción de los acordes de las gaitas, la ceremonia ha vuelto a dejar un álbum de recuerdos para la historia a cargo de los premiados que han ido desfilando ante el Rey para recoger sus galardones.
El grupo cómico Les Luthiers, distinguido con el Premio de Comunicación y Humanidades, se ha ganado fácilmente al público solo con su presencia, aunque uno de sus integrantes, Marcos Mundstock, se ha encargado de poner el toque de humor en su aguda y sarcástica intervención.
"Nos habíamos llegado a encariñar con el hecho de ser candidatos. Ahora que nos han dado el premio, esperamos que nuestros amigos no se olviden de nosotros", ha confiado el humorista argentino.
El poeta polaco Adam Zagajewski, premio de las Letras, ha abierto la ronda de intervenciones en su idioma natal.
Ha combinado la crítica social, con la censura a la religión -"con excesiva frecuencia se alía con la extrema derecha"- y con su satisfacción por recibir un premio "invitado por una princesa".
"No puedo salir de mi asombro", ha confesado Zagajewski.
Al margen del contenido político de la gala, el momento más plástico lo han protagonizado los "All Blacks", la célebre selección de rugby de Nueva Zelanda, que han agradecido el premio a los Deportes con la tradicional danza maorí, conocida como "haka".
Los cuatro jugadores que les han representado se han arrimado al filo del escenario, se han quitado la americana y, con camisa blanca y corbata, se han arrancado con la danza ante la sorpresa de los 1.300 invitados.
El palmarés de este año lo han completado el artista sudafricano William Kentridge (Artes); la pensadora británica Karen Armstrong (Ciencias Sociales); la Hispanic Society of America, (Cooperación Internacional) y los físicos estadounidenses Rainer Weiss, Kip S. Thorne y Barry C. Barish y la Colaboración Científica LIGO (Investigación Científica y Técnica).
De todos ellos, Felipe VI se ha mostrado "profundamente orgulloso" por dar realce a unos premios que este año cumplen su 37 edición.
Durante la gala, ha habido menciones elogiosas a la reina Sofía, presente en uno de los palcos, y al rey Juan Carlos por su apoyo al proyecto de construcción europea.
También a la princesa Leonor, de la que su padre ha dicho "tener muy presente", pero sobre la que aún se mantiene la incógnita de cuándo hará su estreno -el 31 de octubre cumple 12 años- en la ceremonia que da nombre a su título.
Revista Opinión
Sus últimos artículos
-
Caixabank asegura que el traslado de su sede social a València "no tiene carácter de temporalidad"
-
Destacados dirigentes del PSC rechazan la aplicación "abusiva" del 155
-
Eurocop aprobará la próxima semana una resolución de "apoyo total" a todos los policías que trabajan en Catalunya
-
El Sindicat de Periodistes de Catalunya rechaza intervenir los medios públicos catalanes