Europa lleva muchas décadas hundiéndose y cometiendo terribles errores y pecados, pero ninguna de sus fechorías ha sido tan sucia e indecente como la que está cometiendo en estos días al abrir sus puertas, de par en par y sin el más mínimo control, a una oleada de inmigrantes invasores que llegan, probablemente, con deseos de destruirla y que profesan una religión que promete el paraíso y la vida eterna a todo el que liquide a los que no adoren a Alá, su dios. ---
La historia de Europa es un río de barbaridades, errores y tropelías que la conducen inexorablemente hacia la decadencia y la ruina. Se ha despedazado y llenado de cadáveres en tres grandes y sangrientas guerras en menos de un siglo (La franco-prusiana y las dos guerras mundiales); ha dado a luz totalitarismos tan salvajes y asesinos como el comunismo y el nazismo, autores de crímenes masivos y de exterminios culturales y étnicos; permitió que una clase política corrupta y miserable se instalara en el poder; asesinó la democracia y la convirtió en una dictadura camuflada de políticos y de élites escondidas en las sombras; arrebató riqueza a los pobres, que son cada día mas pobres, y la entregó a los ricos, que son cada día mas ricos; permitió cobardemente que en sus ciudades se instalaran emigrantes hostiles que llegaron cargados de odio y dispuestos a liquidar la cultura europea e imponer el Islám y, por último, enterró el sueño colectivo de construir una Europa ejemplar para los ciudadanos y lo sustituyó por una injusta y desequilibrada Europa de políticos, burócratas y mercados, en la que el pueblo y los valores carecen de sitio....
Europa se comporta como una ramera al abrir sus puertas a sus peores enemigos potenciales, muchos de los cuales llegan para acabar con la cultura europea, sin precauciones, sin tomar medidas de defensa, sin exigir a los que llegan voluntad de integrarse y un comportamiento cívico, sin planificación y, lo que es todavía mas ofensivo, otorgando a los invasores mas ventajas, privilegios y calidad de vida que las que sufren millones de europeos, acosados por dramas tan terribles como el desempleo, la pobreza y la carencia de hogar y de comida para subsistir.
Los países miembros de la Unión están obligados a recibir las oleadas que les correspondan sin saber cuando, cómo ni a quienes reciben en realidad, incluso si el país está lleno de desempleados y pobres, como España, adquiriendo la obligación de tratar a los que llegan con mas privilegios y ventajas que las que otorga a sus propios ciudadanos.
Europa recibe a las oleadas de sirios, que irrumpen, acompañados de pakistaníes y afganos, todos ellos musulmanes y quizás infiltrados por miles de terroristas, según reconocen hasta las mismas autoridades, entregándoles una vivienda gratis, sanidad pública gratuita, un empleo regalado y un salario solidario que es mas alto que el que reciben algunos pensionistas griegos, españoles, portugueses e italianos, todo ello otorgado por los gobiernos y financiado con los impuestos que pagan los europeos, toda una humillación injusta e intolerable para los millones de europeos que viven desempleados, en la pobreza, sin hogar y sin recibir ayuda pública alguna.
La historia dirá si la gran injusticia actual provoca un efecto llamada que coloque rios de millones de refugiados musulmanes en las puertas de Europa, dispuestos a invadirla como sea.
También aclarará la historia si este error supera a errores del pasado tan dramáticos como el Tratado de Versalles, que provocó la rebelión de los alemanes con el asesino Adolfo Hítler al frente, o la entrega a Stalin de un ramillete de países como Checoslovaquia, Hungría, Polonia, la RDA y los estados bálticos para que les impusiera libremente la tiranía comunista.
Esta Europa a la que pertenecemos se ha divorciado de sus ciudadanos y gobierna sin consultarlos y sin tener en cuentas sus deseos y sentimientos. Los políticos europeos se creen con ese derecho y están conduciendo a Europa hasta el matadero, a golpe de injusticias, abusos y errores.
El de abrir sus puertas, sin garantías ni controles, a una inmigración cargada de amenazas, es una fechoría que pronto pagaremos muy cara, con una factura pesada, que ojalá no exija sangre.