Europa visita Madrid

Llega la primavera y como corresponde a esta época del año vienen los visitantes a la capital del reino aprovechando que ha pasado el crudo invierno y aún no ha llegado el implacable verano madrileño. Y vienen todos de golpe, la Comisión que envía a su comitiva presidida por el Comisario de Empleo, a decir de los medios españoles, para que le expliquen las bondades de la futura ciudad casino de Alcorcón y cómo supondrá la creación de 200.000 puestos de trabajo a decir de las autoridades. 
Confiemos en que los socios de Eurovegas no pensasen en que aportase dinero Bankia o las administraciones municipales y autonómicas madrileñas y del propio estado. No imaginamos de dónde piensan sacar otros inversores si el dinero se va al extranjero por cientos de miles de millones de euros al año, pues no parece que si salen huyendo sea para volver a la ciudad de los casinos de Alcorcón. Ni parece posible que los señores del hormigón y el ladrillo ahora en suspensión de pagos sus empresas y ellos con el dinero a buen resguardo, vayan a meter dinero en las macro obras del proyecto.  Como es cosa de ficción no parece normal que el señor Comisario pierda el tiempo en fabulaciones y cuentos de la lechera. Por ahora sólo existe un descampado y nada más. Con anteriores problemas de licencias de urbanización y sentencias desfavorables acumuladas.
Puede mirar el comisario los datos de empleo de la ciudad y cómo tener a todo el aparato del estado dentro de la misma supone un dato de empleo alterado con respecto al mercado laboral de la región, el sector privado está totalmente precarizado y el desempleo en el mismo es únicamente del sector privado, entendido como los trabajadores por cuenta ajena mediante contrato laboral que perciben un salario y cotizan por el régimen general de la seguridad social, a los que afecta la reforma de las condiciones de indemnización por despido, la duración y el importe del mismo. Europa cuenta a todos los trabajadores por cuenta ajena sin distinguir si el empleador es público o privado, y por lo tanto Bruselas considera mercado laboral a la totalidad de los empleados que cobran una nómina, a los trabajadores por cuenta propia y a los desempleados.
Pero se puede flexibilizar el mercado laboral del sector privado aún más con un 27% de trabajadores desempleados apuntados a las oficinas de empleo como demandantes de un puesto de trabajo, se pueden reducir el tiempo y el importe de las ayudas por desempleo, y hacer lo mismo con cualquier tipo de ayuda a los trabajadores por cuenta ajena o propia desempleados del sector privado sin que se reduzca la inflexibilidad del mercado laboral visto desde Europa. Internamente se plantea que para ser parte del mercado laboral el trabajador por cuenta ajena debe de ser despedible, y si no lo es, no puede ser parte del mercado laboral, por lo tanto las reformas del mercado laboral están dirigidas únicamente a los trabajadores por cuenta ajena del sector privado y público con contrato de trabajo o autónomos desempleados y demandantes de empleo.
Lo cierto es que el mercado laboral está precarizado hasta niveles tercermundistas en España, en el sector privado sobre el que se legisla siempre. Los que legislan no pertenecen al mismo colectivo social si no al de empleados del sector público, que se excluyen del mercado laboral por no poder ser despedidos. Y ambos estadísticamente para Europa son una sola cosa, el mercado laboral Español. Por eso la precarización del mercado laboral del sector privado puede llegar al 100% y al mismo tiempo los datos demostrar que en España el mercado laboral es poco flexible en cuanto al despido y debe de ser precarizado aún más. Puede serlo hasta el infinito y no parecer la mitad.
   Pero es evidente que para Europa no hay un mercado laboral dividido entre empleados despedibles y empleados no despedibles, y aunque sea una minoría de la población activa la segunda estadísticamente equivale a un valor cero en una graduación de despedibilidad. El 100% de precariedad para el sector privado supondría un 50% estadístico para el acumulado, las mismas autoridades dirían que es necesario flexibilizar el mercado laboral. Y las mismas en el interior del país procederían a recortar de lo ajeno por no tocar lo propio. Estadísticamente la vicepresidenta, el ministro de economía y el de hacienda son representantes del máximo nivel de estabilidad laboral, dejado el cargo y tras pasar por el sector privado pueden volver a sus empleos públicos que conservan de por vida. Su mercado laboral es totalmente inflexible pues no pueden ser despedidos por ser funcionarios del estado. Si Europa los considera parte del mercado laboral español sin duda puede asegurar que es en esta parte totalmente inflexible. Si es así debe decirlo.
Alemania le retira a los residentes españoles el derecho a recibir las ayudas sociales que reciben los alemanes, el gobierno británico hace exactamente lo mismo. La disfuncionalidad española empieza a ser un grave problema para los españoles también fuera de España, en los demás territorios de la UE. Hay una Europa homogénea en derechos sociales que cubre la práctica totalidad de la Europa occidental, y está al otro lado de los Pirineos, pero no al sur de los mismos.  El problema está en eso que llaman los presupuestos de cada nivel administrativo, donde algunos carecen de competencias pero suponen un gasto del 80% del presupuesto correspondiente sólo por existir. 
Lo normal es que se reclamase que el presupuesto supusiese tanto empleo público como en países con similar fiscalidad, y no un tercio del mismo, para decir que falta personal en todos y cada uno de ellos justificando su mal funcionamiento en la carencia de medios humanos cualificados para labores de oficina, lo cual es increíble. En realidad España debe explicar cómo es posible que con una fiscalidad de país nórdico los ciudadanos vivan en tan precarias condiciones de recursos y empleo, y dónde se produce el desvío de todo el dinero que no llega a los ciudadanos quedándose por el camino. Tiene que existir un motivo para que un país diga ser estructuralmente disfuncional.
Es evidente que si España destinase a empleo público lo que destinan los países nórdicos su desempleo sería insignificante. Como lo es que si los ciudadanos recibieran las ayudas sociales que recibe un ciudadano de la Europa desarrollada mucha población recurriría a empleos a tiempo parcial, cosa que jamás harían si fuera su única fuente de ingresos por ser inferior a lo mínimo necesario para sobrevivir.
España presenta además una disfuncionalidad entre precios de bienes de primera necesidad y los considerados ingresos mínimos destinados a la población que carece de renta necesaria para sobrevivir, que son más de dos millones de familias. Los precios de consumo españoles, incluyendo los públicos y las tasas e impuestos hacen que le sea imposible sobrevivir a una unidad familiar con 426 euros al mes. Ni parece justificado que se establezca un salario mínimo que sea la mitad del establecido por otros países europeos en función de los cálculos de Bruselas sobre la renta mínima y el umbral de pobreza. La cantidad decidida por las autoridades que la establecen es una cifra arbitraria e injustificada que se obtiene de inventar una contabilidad diferente a la europea a la hora de hacer los cálculos.
El hecho de que el ex presidente de la Diputación de Orense haya colocado a dedo a personas con empleos vitalicios durante los últimos veinte años supone un fallo a la hora de calcular hasta qué punto es flexible el mercado laboral español, si debe de ser flexibilizado el sector privado porque el público lo sea sólo en un pequeño porcentaje, que por tener un contrato de trabajo pueden ser despedidos. En realidad lo normal sería preguntar por qué no se han creado puestos de trabajo estables en el sector público de manera coherente con el incremento de los ingresos y gastos durante el período comprendido entre 1998 y 2008, por aquello de tomar una muestra significativa. 
Todos los disparates monumentales de hormigón por toda la geografía española son mayormente de ese período. Todos los Campus de y Ciudades de, aeropuertos de pueblo y estaciones del AVE fantasmas en ciudades fantasma que sólo existieron en los carteles de la promotora. Todo el dinero malversado y tirado en gastos injustificables, cuando no en puro saqueo, son empleos no creados en el sector público, hasta suponer el empleo de un 30% de la población activa, tal como sucede en los países con las economías más saneadas de Europa. Así que en lugar de aumentar el gasto público en empleo se fundió en construir edificios, alquilar otros, reformar todos, a mayor beneficio de constructoras e inmobiliarias. Lo mismo se podía decir que faltaban 9.000 médicos que se gastaba el dinero de contratarlos en alquilar oficinas para el aparato burocrático dirigido por los políticos de turno, en muchos casos salidos del mismo. Que emigrasen que fuera había trabajo.
Todo lo malversado es empleo destruido, y fue malversado para no crear empleo. A estas alturas esto es lo que parece más evidente. Si lo que vienen es a teorizar sobre la futura urbe del juego, el comisario puede hacerlo por Skype.