Si algo está dejando claro el actual conflicto de Ucrania es que a Europa le conviene más una relación estrecha con Rusia que con Estados Unidos. Es una verdad chocante, pero hay que meditarla. Para Rusia también es vital una relación de amistad con Europa. Estados Unidos, que sabe que Europa y Rusia se complementan y que tarde o temprano sellaran una alianza que es estratégica y geopolíticamente lógica, está realizando todo tipo de esfuerzos para dinamitar esa unión y está utilizando a la OTAN para crear hostilidad entre europeos y rusos. ---
La actual guerra de Ucrania no es otra cosa que el intento de Estados Unidos por dinamitar la alianza entre Rusia y la Unión Europea, una unión lógica y complementaria que tarde o temprano se convertirá en realidad.
Rusia tiene todo lo que Europa necesita, desde petróleo, gas y otros muchos recursos naturales a fuerza militar apabullante, una gran capacidad de producción agrícola y territorios en los que expandirse e invertir, mientras que Europa tiene prosperidad, tecnología, cultura y recursos para que el futuro de Rusia sea más próspero y potente. Rusia conserva también muchos valores morales, como la familia, la religión, el respeto a los mayores y otros que los políticos pervertidos de Europa han masacrado.
Sin embargo, el nacionalismo ruso y su nulo aprecio a la democracia impiden que cuaje la alianza entre Europa y Rusia. Solo con una Rusia sin Putin y dispuesta a aceptar el juego democrático sería posible la unión.
Es más que evidente que la unión de Rusia y Europa configuraría la primera gran potencia mundial, con gran diferencia.
Y como Estados Unidos sabe que esa unión es su mayor riesgo, más incluso que el despegue chino, está haciendo todo lo que puede por impedirla.
Los grandes think tanks que funcionan en Estados Unidos vienen advirtiendo desde hace décadas del riesgo de que Europa y Rusia se alíen y cooperen. Los grandes lobbies norteamericanos, desde los fabricantes de armas a los industriales, tecnológicos y comerciales, están empujando a la Casa Blanca y al Pentágono para que impidan por todos los medios ese futuro de Europa y Rusia unidas.
EE.UU, el mayor productor y consumidor de gas del mundo, consume cerca del 90% de lo que produce, mientras que Rusia es el segundo mayor productor del mundo, pero sólo consume el 65% de su producción, exportando el resto de forma eficiente y barata, a través de gaseoductos.
Por el contrario, EE.UU., rodeado de océanos, exporta su gas de modo menos eficiente, licuándolo, transportándolo en buques criogénicos y regasificándolo en destino.
Por su lado, aunque la UE es el tercer mayor consumidor de gas del mundo, apenas produce una pequeña fracción de sus necesidades de consumo. Así, la cercanía geográfica de una Europa deficitaria y una Rusia superavitaria ha conducido a una natural relación comercial basada en la robustez del interés mutuo y no en la fragilidad de las simpatías políticas.
Sin embargo, entre la Rusia productora y la Europa consumidora se encuentran Polonia y Ucrania, países hostiles a Rusia cuyos territorios deben atravesar los gaseoductos.
Para evitar esta debilidad, Rusia ha querido rodear a Polonia por el norte y a Ucrania por el sur con gaseoductos bajo el mar Báltico (Nord Stream 1 y 2) y el mar Negro,
Si esto es así ¿Quién ha dinamitado los gaseoductos del Báltico? ¿A quien le conviene que los canales de abastecimiento europeos con Rusia desaparezcan? Y profundizando más, ¿A quien le interesa atizar el odio a Rusia y crear la heroíca imagen de una débil Ucrania que es aplastada por el gigante ruso sin piedad?.
Todo es más que evidente y queda perfectamente enmarcado en una guerra tan clara y transparente que tiene que ser oscurecida y tergiversada con toneladas de propaganda y mentira para que el malo parezca bueno y el bueno parezca malo.
Pero detrás de todo eso está la obsesión de Estados Unidos por someter a Europa e impedir, por cualquier medio, que un día selle una alianza lógica con Rusia que seria potenciadora y estimulante para las dos partes.
Francisco Rubiales