Revista Opinión

Eurovisión y la supuesta trascendencia de los productos musicales prefabricados

Publicado el 14 mayo 2018 por Carlosgu82

No debería sorprenderme que un año más el festival de Eurovisión resulte tan trascendente para una gran masa de ciudadanos europeos. Me refiero a la trascendencia que algunos se empeñan en darle en el plano musical, porque hay que decirlo de manera clara y contundente: Eurovisión es a la música lo que la comida rápida es a la dieta mediterránea. O eso o yo estoy muy confundido. No sé realmente lo que la gente entiende por música. Y esto me lleva al origen de este artículo. ¿Por qué en España se considera a los talent show musicales como verdadera música? ¿Por qué tienen tanta importancia? No lo entiendo.

Un año más España ha mandado el clon musical de rigor surgido de las entrañas de una “academia de talento” en la que se desborda la creatividad necesaria para llegar a ser una estrella de la música. Sigo sin entender porque la gente considera que para dedicarse a la música basta con tener una buena voz. Que nos quede claro a todos de una vez, de ninguna academia de lo que sea ha salido un artista que sea trascendente para su arte. Si nos ceñimos a la música, ¿qué alguien me de nombres de verdaderos talentos musicales? Y por favor, no me den nombres como Bisbal, Bustamante, etc. Lo siento, no estamos hablando de lo mismo.

No quiero que estas palabras resulten elitistas porque no lo pretendo. Respeto el gusto musical de cada cual y entiendo que muchas personas sientan especial predilección por los nombres señalados. Pero también con respeto digo que los Bisbales de turno no han aportado nada a la música como arte. Solo han aportado una imagen popular y una voz moldeada para crear un producto de consumo al gusto de mucha gente. Hace poco he leído la biografía de Kurt Cobain. Cobain tenía el talento creativo y lo desarrolló en el ámbito musical. No le hizo falta pasar por una academia de popularidad, porque eso es Operación Triunfo, una fábrica de popularidad para el consumo rápido de millones de espectadores. Cobain se hizo popular por su música, y también por su vida privada, pero en lo que respecta a la música si pudo aportar algo, no sé si tan importante como nos han vendido, pero al menos fue algo.

Operación Triunfo, así como todos esos otros talent shows del mismo estilo, son productos televisivos que intentan que el espectador se encariñe con el personaje de turno. Pero insisto, en el plano musical no aportan nada, y es que ni lo intentan. Por eso no llego a entender porque resulta tan importante que una pareja de cantantes vayan a un festival de la canción a intentar ganarlo, haciendo creer a la gente que lo que prima es el talento musical. No, no es un festival musical. Es un festival de popularidad. Tal vez Eurovisión aportó alguna vez algo para la música popular, como con el caso de ABBA, o como la excepción del ganador del año pasado, Salvador Sobral, que sorprendentemente ganó el festival con su estilo tan íntimo y tan alejado del artificio del resto.

Eurovisión y la supuesta trascendencia de los productos musicales prefabricados

Salvador Sobral y Caetano Veloso durante
su actuación en Eurovisión
Los representantes españoles de este año han sido los Amaia y Alfred, tan llenos de ilusión por una prometedora carrera que son capaces de “dejarse guiar” a través del camino de marketing establecido para ellos. Su canción es un clon de la de todos los años. Se podría colocar a otra pareja de cantantes que lo harían igual de bien (o mal). Están ahí porque han ganado la popularidad en un concurso de televisión. Y eso me lleva a otra reflexión, ¿qué cultura musical tenemos en España? Vuelvo a insistir que no pretendo que se me consiere como un entendido musical, porque estoy muy lejos de serlo, pero hago otra vez el paralelismo culinario:

Si lo único que se cocinar es una tortilla francesa, ¿puedo considerarme un cocinero? Ya puedo adornar la tortilla con lo que sea, que es una simple tortilla. Imagina mil restaurantes en una calle cualquiera de tu ciudad. Imagina que en todos esos restaurantes solo se cocinaran tortillas francesas. Imagina ahora pasar por todos esos restaurantes comiendo mil tortillas francesas, una y otra vez. ¿Acabarías aborreciendo las tortillas, no? Pero no. Consideramos que lo que se vende en los talent shows y lo que se vende en la ya casi extinguida industria musical es lo trascendente. David Bisbal es una de las figuras musicales de nuestro país y si alguien no lo entiende así, es un bicho raro. Así mismo, lo que hacen en Operación Triunfo es música, y si tú no lo entiendes así es que no estás en la onda.

Y eso es todo. Dentro de un año España mandara a alguien a ese festival tan importante con una canción fabricada con los mismos ingredientes, eso sí, adornados con la popularidad del cantante de turno. Y volveremos a ver y a sufrir a cientos de miles de fans orgullosos del talento musical de alguien que un año después será sustituido, como en una cadena de montaje, por el siguiente producto de consumo rápido.


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