Quiero ser vasco para poder tener incerteza sobre los resultados de mi equipo de fútbol.Quiero ser vasco para comer pescado todos los días sin un pretexto concreto.Quiero ser vasco para acabar de aclarar que las tres letras de mi apellido no son ni pon, ni pont, ni pons, ni bom. Quiero volver loco a los teleoperadores con ofertas inverosímiles, deletreándoles un primer apellido de 24 letras para aclararles que el segundo apellido es aún más largo. Quiero ser vasco para ponerle a niños nombres de valles y de paisajes.Quiero ser vasco para tener un idioma extraño y enrevesado que no se parezca a ningún otro. Mimarlo y conservarlo.Quiero ser vasco para disponer de una opción unitaria de izquierda soberanista: que no tenga miedo de pronunciar la palabra marxismo y que no funcione y se autodebilite estúpidamente a base de ir cada uno por su lado cuando (temen) que se acerca el momento culminante. Porque la izquierda independentista catalana quiere parecer una sesión eterna de sexo tántrico, pero acaba siendo una pertinaz e inútil insistencia previa al gatillazo.Quiero ser vasco, entonces, para votar a Bildu y proclamarlo: para mostrar la papeleta y que la caverna se retrate llamándome asesino y terrorista, cuando esta mañana ni siquiera estoy seguro de haberle dado al mosquito con la zapatilla.Quiero ser vasco, entonces, para votar a Bildu, que dicen lo que harán a nivel social y a nivel económico, y que estoy seguro que intervendrán y regularán para acabar (o al menos, mitigar) las desigualdades.Quiero ser vasco, entonces, para apretar los puños e indignarme por ese PNV beato y conservador que amaga y amaga y amaga y nunca da el golpe porque tiene ya previamente decidido no darlo nunca.Quiero ser vasco, entonces, para carcajearme de cómo los del PP andan con miedo atávico metido en el cuerpo y no dejan de agruparse y protegerse los unos a los otros, como una camarilla en una prisión.Quiero ser vasco para saber el 22 de Octubre lo que pasa, y no tener que esperar hasta el 26 de Noviembre, sabiendo que esa espera es larga y opera casi siempre a favor de los que ya están contentos con que las cosas estén como están, que ya los conocemos. Cada día, un paso atrás.Quiero ser vasco para poder decir que, sin otra causa que ejercer la libertad de expresión, un líder político lleva injustamente encarcelado tres años. Cárcel. Repito.
Y quiero ser vasco porque sé que eso, normalmente, no me impide seguir siendo catalán.